La vivienda se orienta en sentido este-oeste, abriendo vista hacia el mar por uno de sus lados y al bosque por otro. Fotos: cortesía JAG Studio.
En lo alto de una colina, muy cercana al mar, está la Casa Don Juan, ubicada en el cantón Jama, provincia de Manabí. El proyecto fue diseñado en el 2018 por el arquitecto Emilio López Herrera en un área de 110 metros cuadrados.
La vivienda se orienta en sentido este-oeste, abriéndose hacia dos lados: por el frente hacia el mar y en la parte posterior a un pequeño bosque nativo de la zona costera.
Desde el exterior se pueden observar formas sencillas, que al interior se traducen en eficiencia y comodidad. Esto, además, se vuelve beneficioso, considerando el clima cálido de la costa del país.
La doble apertura con la que cuenta la construcción permite la ventilación cruzada y genera una importante relación con el entorno que la rodea, requerimiento que era indispensable para los dueños de la vivienda, cuenta López.
Desde la cocina y otros espacios de la casa se tiene una vista privilegiada.
Un requerimiento infaltable, en un entorno rodeado de vistas panorámicas hacia paisajes únicos, propios de la naturaleza local.
La misma doble apertura de la vivienda dio forma a la arquitectura del espacio, concebido por sus creadores como dos embudos, que convergen en uno de sus lados.
La obra alberga un programa muy sencillo, que se define claramente en dos plantas, ambas conformadas por áreas abiertas e interconectadas entre sí, mediante dobles alturas.
En la planta baja se organiza una atractiva área social, compuesta por la sala, el comedor, la cocina y un baño completo, mientras que en el piso alto hay dos habitaciones con frente a una doble altura.
La arquitectura se concibe como dos embudos que convergen en uno de sus lados.
Esta, a su vez, se orienta hacia el mar, otorgando una vista privilegiada a la vida cotidiana de los ocupantes de la edificación. En el frente posterior se ubica otra doble altura, donde se encuentra la escalera. Estos espacios dan cabida al ingreso de gran cantidad de luz natural durante todo el día.
Todos los espacios son lo suficientemente abiertos para sentirlos integrados y lograr un tránsito fluido pero también lo bastante diferenciados para entender a simple vista las actividades que se realizan en cada uno de ellos.
La estructura de la Casa Don Juan se trabajó con amarillo y asta, maderas que se encuentran en la misma zona de la construcción. La cubierta, en cambio, es de panel de fibrocemento plana y para las fachadas se implementó caña picada, que corresponde a la tabla de bambú, enlucida hacia el exterior de la estructura.
Las dobles alturas permiten la ventilación cruzada.
Emilio López explica que esto otorga a la vivienda una materialidad cálida hacia el interior, sin comprometer la protección que esta requiere en su espacio exterior.
En la Casa Don Juan conviven algunos elementos de una casa de campo y otros del diseño contemporáneo, gracias a la calidez de materiales tradicionales con la madera, insertada en la conformación de líneas rectas y formas simples.