Imagen referencial. El País relata las terapias alternativas a las que acudió Rosa y que le habían interesado desde antes de la enfermedad, la desesperación de la familia y, finalmente, el arrepentimiento de la paciente:”Todos aprendemos de nuestros errores”, dijo Rosa poco antes de morir, según su oncóloga. Foto: Pixabay
Rosa tenía 41 años cuando se palpó un bulto en el pecho. Los médicos le recomendaron estudiarlo, pero ella optó por tratarse con homeopatía y otras terapias sin aval científico. Dos años más tarde, con el tumor extendido a piel, huesos y médula, murió en medio de un doloroso deterioro físico.
El final trágico ocurrió el año pasado, pero la familia lo hizo ahora público con un fin: “Difundimos su historia con la esperanza de que sirva para evitar otras muertes innecesarias“, explicó la hermana de Rosa al diario El País, que presentó un detallado reportaje sobre el caso y reabrió el debate sobre las pseudociencias en España.
El diario relata las terapias alternativas a las que acudió Rosa y que le habían interesado desde antes de la enfermedad, la desesperación de la familia y, finalmente, el arrepentimiento de la paciente:”Todos aprendemos de nuestros errores”, dijo poco antes de morir, según su oncóloga.
Lo alarmante es que no se trata de una situación excepcional. La misma nota menciona otros casos de pacientes que siguen el mismo patrón:la apuesta por terapias no científicas que no logran revertir ni frenar el avance de la enfermedad, hasta que el reconocimiento del error cometido suele llegar demasiado tarde.
El caso de Rosa llevó por eso a más de 400 médicos a firmar esta semana una carta dirigida al Ministerio de Sanidad promovida por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) exigiendo medidas para acabar con una situación que causa “muertes, engaños y perjuicios a la salud y la economía de los enfermos”.
“Seamos claros: las pseudociencias matan”, comienza el documento dirigido a la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo. “Y no solo eso, sino que son practicadas incluso por médicos colegiados y con el respaldo de los colegios de médicos. Han llevado a la muerte a miles de personas solo en nuestro país, y lo siguen haciendo”.
La homeopatía suministra al paciente la misma sustancia que causa los síntomas que quiere combatir, pero en proporciones infinitesimales. “Se basa en el hecho de que una misma sustancia puede tener efectos diferentes u opuestos según la dosis empleada y la sensibilidad del sujeto”, señala la Sociedad Española de Medicina Homeopática (SEMH).
La SEMH asegura que los medicamentos homeopáticos presentan “muy baja o nula toxicidad” y que generan efectos terapéuticos “que se producen estimulando los propios recursos del organismo, que de esta manera se fortalece”.
En España, varias farmacias venden remedios homeopáticos, que recetan también médicos colegiados. Precisamente esta situación es la que quiere cambiar ahora el Gobierno. Antes de que se difundiera el caso de Rosa, la ministra Carcedo pidió en Europa normativas que exijan a la homeopatía los mismos requisitos y comprobaciones científicas que a los medicamentos tradicionales para poder ser considerada como tales.
“Insisto en que cualquier regulación de las pseudoterapias, cualquier incorporación a la administración sanitaria, tiene que ser basada en la evidencia científica y cómo interviene en el proceso humano de prevención de enfermedades”, señaló a la radio Onda Cero la ministra, que pidió a la Unión Europea (UE) “tomar cartas en el asunto”.
Los médicos firmantes del escrito respondieron que el problema “no se soluciona en Europa”, sino también en España con nuevas leyes para proteger el derecho del enfermo. “Se soluciona luchando contra lo que se está convirtiendo en una plaga que afecta a las mismas raíces del sistema de salud de nuestro país”.
La situación preocupa especialmente en casos de enfermedades mortales como el cáncer. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) pidió por eso hoy a la administración que deje de “amparar el limbo legal de los charlatanes que, ahora, están en la máxima impunidad“. El objetivo, evitar que sigan produciéndose casos como el de Rosa.