La clara defensa de los valores democráticos en nuestro continente, protagonizada por el Grupo de Lima, ha merecido el aplauso general. Sus dos últimos comunicados sobre el caso de Venezuela son la expresión auténtica del espíritu libertario del hemisferio y, al mismo tiempo, la condena más elocuente a los abusos del régimen de Nicolás Maduro.
El Grupo de Lima nació en agosto de 2017, constituido por 14 estados preocupados por lo que ocurre en Venezuela y por la inoperancia de los organismos multilaterales llamados a actuar en defensa de la democracia en ese país. El Ecuador no forma parte del Grupo.
En su primera reunión, los países integrantes desconocieron a la ilegítima Asamblea Constituyente convocada por Maduro para boicotear a la Asamblea Nacional, mayormente opositora a su régimen. El 24 de enero último, el Grupo volvió a reunirse y rechazó la decisión de Maduro de adelantar las elecciones presidenciales y exigió que el gobierno ofrezca garantías para que puedan participar los partidos de oposición y se respete la libre expresión de la voluntad popular.
Hace cuatro días, el Grupo aprobó una nueva Declaración en la que dejó constancia de “su más firme rechazo” a la decisión de Maduro de adelantar las elecciones presidenciales para el 22 de abril, lo que impedirá la realización de un proceso democrático, transparente y creíble; añadió que no caben “elecciones libres y justas con presos políticos” y sin la “plena participación de los partidos políticos y los líderes detenidos o inhabilitados…”; manifestó que el reciente demoledor informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos demuestra el “serio deterioro de la vigencia de los derechos humanos y la grave crisis política, económica y social”; tomó nota del examen preliminar sobre posibles crímenes de lesa humanidad que la fiscal de la Corte Penal Internacional ha iniciado y, recordando que la Declaración de Quebec expresa que “cualquier alteración por ruptura inconstitucional del orden democrático de un estado del hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación” de su gobierno en las Cumbres de las Américas, respaldó la decisión peruana de cancelar la invitación a Maduro para que asista a la octava Cumbre. Carente de vergüenza, éste ha jurado que, “por aire, mar o tierra”, irá al Perú y dirá “la verdad”.
El Grupo de Lima se pronunció también sobre la crisis humanitaria que vive Venezuela y sugirió que todos los países coordinen sus esfuerzos para afrontar de manera eficaz y solidaria la dramática situación de los miles de inocentes migrantes llaneros.
El pueblo venezolano ha dicho que “las manos de Maduro están manchadas de sangre”. ¿Qué piensa el Presidente Moreno sobre estos temas de trascendencia continental y mundial?