En principio puede resultar inverosímil. Pero algunos hombres también padecen de cáncer de seno. A escala mundial, el 1% lo sufre. En Ecuador, uno de cada 100 000 habitantes varones.Hombres y mujeres llegan a la pubertad con tejidos mamarios que son conductos localizados detrás de la aureola y del pezón. El cáncer de seno es la formación de células malignas (cancerosas) en los tejidos de la mama. Allí crecen nódulos internos (una suerte de bolitas), sin dolor.
El cáncer de seno es igual en la mujer y en el hombre. En este casi siempre se detecta la enfermedad en etapa avanzada, cuando se forma una metástasis (propagación de un foco canceroso a un órgano distinto). Las células cancerígenas se desprenden del tumor e invaden el sistema circulatorio o linfático (ganglios).
El oncólogo Miguel Jerves indica que en el país se ignora que el mal también ataca a la población masculina. Por eso no hay prevención, dice. El cáncer de mama en la mujer ocupa el segundo lugar en las estadísticas de morbilidad en el Ecuador. El de la piel es primero.
Para la doctora Erika Mogrovejo, esa incidencia hace que las entidades de salud (públicas y privadas) enfoquen campañas informativas y médicas solo hacia esa población. “Estamos a tiempo para que también se incluya a los hombres”, comenta.
En la actualidad, dice Mogrovejo, cuando al paciente se le informa de la sospecha de cáncer de mama, la primera reacción es que eso es una enfermedad de mujeres. “Se crea un estigma”.
En los últimos tres años, la sede en Cuenca de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) registró tres casos. Pero los oncólogos de la entidad, entre ellos Jerves, coinciden que la cifra está en crecimiento, porque hace 15 años no había este tipo de mal.
Según información del National Cancer Institute, las personas en riesgo son las que se exponen a radiaciones, quienes tienen alta concentración de estrógeno (hormona) en el organismo y por antecedentes hereditario genético (gen BRCA2).
Jerves agrega otros factores: el alcoholismo, la drogadicción y la introducción de hormonas exógenas femeninas que utilizan los transexuales para cambiar el carácter sexual secundario.
“Las drogas metabolizan mal las hormonas y afectan de forma directa a la sangre”.
Para Mogrovejo, la primera alerta es el aparecimiento de un nódulo detrás del pezón o en los alrededores internos de la tetilla. También se presentan ulceraciones que no cicatrizan, se inflaman y enrojecen. Además, se siente calor y un poco de dolor.
Solo la detección temprana de la enfermedad hará que el tratamiento sea menos agresivo y doloroso, sostiene Mogrovejo.
Para el diagnóstico -al igual que en la mujer-, después del examen físico, los oncólogos clínicos recomiendan la práctica de una mamografía, ecografía, citología y biopsia. Para la segunda, con una jeringuilla se extrae una muestra para confirmar si se trata de cáncer. En cambio, para la biopsia se toma una muestra del tejido del tumor.
Pulmones, hígado, riñones, ganglios linfáticos y huesos son los principales órganos a los que ataca este cáncer de mama.
Después de conocer el diagnóstico, el oncólogo clínico decidirá el tipo de tratamiento. Si el tamaño del tumor es grande (sobre los 3 cm) se aplica la quimioterapia para reducir su tamaño.
Jerves agrega que después se interviene con la extirpación del tumor (mastectomía) y de los ganglios axilares. Hacia estos drenan las glándulas mamarias y que pueden estar afectadas con células malignas.
De la gravedad del tumor, depende si se recomienda la radioterapia, quimioterapia y el tratamiento antihormonal.