La comuna de Chunazana ofrece recorridos por la laguna de Curiquingue y también platos típicos, hortalizas y frutas en el Centro de Comida Andina. Foto: Lineida castillo/ El comercio
La comuna Chunazana, ubicada en el cantón azuayo de Nabón, promociona su gastronomía y la laguna de Curiquingue. Hace tres años, 140 familias iniciaron un proyecto turístico para dinamizar la economía del sector.
El Municipio de Nabón entregó USD 130 000 para la construcción de los centros de Información Turística y de Comida Andina, en la zona de La Ramada. También, para levantar un muelle en la laguna Curiquingue. Las tres infraestructuras funcionan desde diciembre pasado.
Estas familias pertenecen a siete asociaciones, que se dedican a la agricultura orgánica, crianza de animales, elaboración de artesanía y preparación de comida típica.
En el kilómetro 45 de la vía Cuenca-Loja está el sector de La Ramada. Es un paso obligado para quienes se desplazan entre las provincias de Azuay y Loja.
En La Ramada funciona el Centro de Información Turística de este proyecto de la comuna de Chunazana.Allí, Blanca Naula cuenta que este territorio fue un asentamiento cañari y que las familias mantienen el kichwa como lengua nativa. También, explica sobre las costumbres y tradiciones que perduran y la laguna de Curiquingue.
Junto a esta oficina está el Centro de Comida Andina. Es un chozón construido con madera, piedra, barro, ladrillo y tiene una cubierta de paja.
A los visitantes Antonio León y Maricela García les gustó la forma ovalada de la cocina del restaurante. “La estructura guarda armonía con la cultura y el entorno”, dijo León. Los indígenas ofrecen caldo de borrego, cuy asado, caldo de gallina criolla, mote pata, chicha, aguas aromáticas, tortillas y otras opciones.
En este centro también hay 14 puestos donde se comercializan hortalizas, frutas y hierbas aromáticas. Cada semana y de forma rotativa, los socios del proyecto venden la producción de sus huertas. “De esta forma mejoran sus ingresos, fortalecemos nuestra cultura y fomentamos el turismo”, dijo Homero Yunga, presidente del Cabildo de Chunazana.
El miércoles pasado, Rosa Quirola ofreció cuy asado a los turistas. Ella preside la Asociación Reina de Fátima que se dedica a la crianza de este animal.
Los fines de semana llegan 300 visitantes, en promedio, para servirse cualquier plato y para adquirir trigo pelado, quinua, mellocos, zambo, frutas y hortalizas. Estas últimas se comercializan en atados, que cuestan desde USD 0,25.
Los agricultores como Uvina Morocho cuentan a sus clientes que esos cultivos son orgánicos. Además, que siembran respetando los principios de la cosmovisión andina e invita a visitar sus huertas.
A los visitantes, que no están apresurados, les ofrecen un recorrido por la laguna de Curiquingue, que está ubicada a cinco kilómetros en automotor. En este espacio, el Cabildo de Chunazana ubicó tres lanchas y un bote a motor para ofrecer los recorridos y practicar pesca deportiva.
Cinco indígenas reciben a los turistas en el muelle. Les ofrecen un canelazo e información sobre la formación natural de la laguna. El muelle es administrado directamente por el Cabildo. Durante el último feriado de Carnaval 600 personas visitaron la laguna.
En la actualidad, los recursos que generan en la laguna se utilizan para cancelar los sueldos de los guías y mejorar el espacio. “Aquí el visitante puede pescar, realizar senderismo, avistamiento de aves y fotografía”, señaló Yunga.