Los tesoros naturales escondidos del Pasochoa cautivan al visitante

Infografía turismo Pasochoa

Senderos para caminar en medio de la naturaleza, más de 10 rutas para cabalgatas, decenas de rutas para bicicleta de montaña, gastronomía innovadora y reencontrarse con especies andinas reinsertadas es lo que ofrece el Pasochoa, ubicado a escasos 35 km al sur de Quito.
Este lugar es una caldera volcánica extinta, cuya última erupción fue hace 100 000 años. Su cima posee la forma de una herradura abierta hacia el occidente.
Sus escarpadas alturas están cobijadas por el páramo y resguardadas por otros grandes volcanes. De hecho, en una mañana despejada desde su cima se pueden ver el Cotopaxi, Sincholagua, Rumiñahui, Antisana, Cayambe, Guagua Pichincha, Ilinizas y Corazón.
Los senderos son las experiencias turísticas que más demanda tienen de los turistas extranjeros, ya que mientras caminan pueden ver hasta 15 variedades distintas de colibríes, como el tijereta de cola negra, la segunda ave con la cola más larga en relación con su cuerpo. Otros animales que podrá observar son zorros, zorrillos, lobos, cervicabras, serpientes pequeñas y lagartijas.
En el poblado de Taxo, en la parroquia de Cotogchoa, por ejemplo, durante los últimos 20 años se han dedicado a reinsertar plantas nativas y ahora se pueden observar alisos, toctes, nogales, nogalillos, pumamaquis y culantrillos de pozo, que reemplazaron al eucalipto.
Puede recorrer estos senderos a pie, a caballo o en bicicleta. Existen rutas que recorren las haciendas del sector, pasan por acueductos construidos hace más de 50 años y culminan en las montañas aledañas del callejón Interandino, como el Cotopaxi, Rumiñahui o el Sincholagua.
Según Ana Karina Corella, de Quito Ecuestre, la cabalgata cumple con el fin de mostrar el paisaje natural ecuatoriano y es una experiencia que se puede vivir en familia. La cabalgata se oferta entre los USD 60 y 80, dependiendo de la ruta que se vaya a realizar.
Los turistas más intrépidos, en cambio, prefieren aventurarse hacia las paredes de la cascada Cóndor Machay (nido del cóndor, en kichwa).

Escalada deportiva en las paredes de piedra de la cascada Cóndor Machay, en el cantón Rumiñahui. Foto. Juan Espinosa
Para llegar allí, se debe caminar en medio de bosques de alisos, pumamaquis, arrayanes, achupallas, suros, cedrillos y orquídeas. El costo de esta experiencia se oferta desde USD 55, previa reserva. Esta actividad es recomendable hacerla con guías certificados que pertenezcan a la Asociación Ecuatoriana de Guías de Montaña (Aseguim).
Una gastronomía llena de color y que apueste por los olores que emanan las plantas andinas es otro aspecto que se destaca en este lugar. Trinidad Ordóñez, por ejemplo, cataloga a sus platillos como “gastronomía artesanal”, ya que prepara en ollas de barro las recetas tradicionales y, además, fue incluyendo hierbas de la zona y otras que cultiva en dos huertos en su propiedad.
Entre las hierbas que usa en sus preparados, se destacan el sulfo, cúrcuma, curry, hierba de mango, tomillo, matico, hierbaluisa, tomillo, cedrón, y guasca. Estas las acompaña con frutos como frutillas, tomates, tunas, piña, granadina, uvillas, entre otros.
Antes de ir al viaje, use calzado adecuado para montaña, use protector solar y lleve loción antimosquitos.