Exoesqueleto realizado en el Ecuador

El exoesqueleto fue construido con aluminio y sus piezas están armadas en forma de lego, lo que permite que se ajuste fácilmente a todo tipo de cuerpos, ya sea niños o adultos. Cortesía: UPS

El acceso a un exoesqueleto podría cambiar la calidad de vida de muchas personas con discapacidad. Sin embargo, acceder a uno podría costar miles de dólares en el extranjero. Su función es dar a las personas el soporte que en condiciones normales proporcionan las piernas biológicas.

En el país, integrantes del Grupo de Investigación en Simulación, Optimización y Toma de Decisiones (GID-STD) de la Universidad Politécnica Salesiana, sede Cuenca, elaboraron uno que busca de cumplir el deseo de cientos de personas de volver a caminar.

El grupo, liderado por los ingenieros Marco Amaya y Luis Calle, docentes de las carreras de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electrónica, respectivamente, diseñaron un exoesqueleto que sería accesible para la población promedio, con un costo de al menos 90% menos de lo que este robot podría costar fuera del país.

Calle comenta que una de las principales motivaciones fue ayudar a que las personas con paraplejia o discapacidad en las extremidades inferiores no solo utilicen sillas de ruedas, sino que puedan caminar y estimular sus músculos a través de la caminata, ayudadas por el artefacto.

Este exoesqueleto tiene características bioinspiradas, es decir, lo más apegadas a la forma ósea del cuerpo humano. De esta manera se garantizaría su correcto funcionamiento en las personas con discapacidad en las piernas.

La construcción del exoesqueleto, cuenta Amaya, se inició hace dos años con el diseño de las piezas y su estructura. Una de las características principales de este robot es que, por el tipo de piezas removibles y en forma de ‘lego’, puede ser usado tanto en niños como en adultos.

Según los expertos, para la construcción del exoesqueleto se utilizó tecnología de última generación en laboratorios especializados que cuentan con máquinas de control numérico computarizado, que ayudaron a dar las formas exactas del cuerpo e impresoras 3D. La construcción se hizo también con el apoyo de los estudiantes de los últimos niveles de ingeniería.

La máquina, que recientemente obtuvo una patente en el país, está hecha de aluminio y cuenta con un sistema modular que le permite ajustar la altura para cada paciente y ayuda a una adecuada alineación entre las articulaciones. También posee actuadores con capacidades similares, en términos de torque, a la que puede realizar el músculo humano.

Según Calle, el exoesqueleto está enfocado también para el ámbito de la rehabilitación, ya que se puede usar en los pacientes con un ciclo de la marcha predeterminado para estimular sus extremidades inferiores. De ese modo, el terapista físico, a través de telemetría, puede conocer datos de velocidades, aceleraciones, posiciones angulares torques y consumo energético en cada articulación movida.

Los expertos explican que el robot integra la parte mecánica y electrónica desde el inicio para un mejor resultado final. La máquina, dice Calle, está diseñada en función de la realidad social y económica del país y podría ser utilizada tanto a nivel personal como en los hospitales o en los centros de rehabilitación física.

El exoesqueleto se utiliza de forma paralela a la persona y ayuda a simular el ciclo de la marcha humana, lo que permite estimular y rehabilitar al paciente. Los motores inteligentes con los que cuenta ayudan a medir los datos de velocidad a la que se mueve la persona.

Están diseñados para funcionar al menos 24 horas con una sola carga. Actualmente, el exoesqueleto está en una fase de pruebas con pacientes para comprobar su funcionamiento real. Luego, ambos investigadores esperan hacer un proceso de transferencia tecnológica a través de la empresa privada para que se reproduzcan más modelos a escala nacional y a bajo costo de fabricación.

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