La química y los contrastes entre Seth Rogen y Charlize Theron hacen más divertida la fórmula de la clásica película romántica. Foto: iMDb
Charlize Theron y Seth Rogen hacen equipo por primera vez para instalarse en ‘Ni en tus sueños’, una película que busca evadir el convencionalismo al introducir la fórmula de la comedia romántica en un contexto de temática política, con un filtro narrativo de poca censura, que la deja en la franja para público adulto.
El filme empieza replanteando los roles de género e invirtiendo las relaciones de poder, con dos personajes que se complementan en sus divergencias. Ese contraste físico, histriónico y emocional será fundamental para mantener el balance del humor, del drama y del romance, entre dos protagonistas cuya química en pantalla cautiva y divierte.
Por un lado, Theron da vida a Charlotte Field, la Secretaria de Estado que aspira a convertirse en la primera mujer en llegar a la Presidencia de Estados Unidos con el apoyo del actual Mandatario, que quiere dejar la política para ser una estrella de cine.
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Por otro lado aparece Rogen interpretando a Fred Flarsky, un periodista dispuesto a hacer lo necesario para contar historias, hasta que un cambio en la administración y las políticas del medio le obligan a abandonar su empleo.
Ambos coinciden en un evento de beneficencia y se reconocen pese a que han pasado años desde que Charlotte cuidaba a Fred como niñera.
Sin llegar a la denuncia, el filme va dejando guiños sobre la problemática política y ambiental por doquier.
Charlotte confiesa que quiere gobernar para ejecutar un plan ambiental y hacer realidad el sueño de un mejor planeta. Pero le preocupa que su discurso no sea lo suficientemente persuasivo para ganar las elecciones. Por su parte, Fred procesa su frustración en medio de la incertidumbre sobre su futuro laboral.
De esas necesidades surge una alianza que convierte a Fred en el director de discursos de su vieja amiga y candidata a la Presidencia. Esa relación no solo irá adquiriendo tintes románticos, sino que además pondrá con frecuencia a los protagonistas fuera de lugar, en situaciones de las que solo podrán salir dando cómicos traspiés, algunos en el límite de la censura.