¿Por qué transformar las escuelas del Ecuador?

Carolina León y su hijo Camilo Ruales, ante sus computadoras. La nueva escuela debe cambiar parámetros con el Internet de las cosas. Foto: Archivo / El Comercio

Es necesaria una respuesta para construir juntos la escuela-red, de cara al futuro, mediante una propuesta de reflexión-acción-transformación y políticas educativas públicas de largo plazo.

En el siglo XX, este Grupo realizó importantes contribuciones al mejoramiento de la educación, como el programa de alfabetización, con la Unión Nacional de Periodistas, la producción y distribución de libros, separatas y suplementos sobre temas escolares, las revistas EducAcción y Familia, EL COMERCIO va a las Aulas, ÚLTIMAS en la Educación, entre otros.

En el siglo XXI, los nuevos retos son para la escuela como institución, así como para el docente y la pedagogía con un objetivo central: formar una sociedad educadora.

El proyecto Escuela 2030 se propone investigar y publicar los procesos de cambio escolar, de preferencia en los ámbitos del currículo, las metodologías y la evaluación, y de la nueva escuela que se está gestando con las tecnologías de información y comunicación. Se busca crear sistemas de educación crítica en las redes sociales, orientados a la prevención de riesgos, al desarrollo de la metacognición, con el apoyo de las neurociencias aplicadas a la lectura, la enseñanza y los aprendizajes, y promover el periodismo educativo en las redes sociales, para formar nuevos lectores con la participación activa de docentes, padres de familia y estudiantes, sobre la base de plantear y ejecutar -con el sector público, privado y no gubernamental- nuevas estrategias para transformar las escuelas.

Se inscribe en los siguientes principios: calidad, inclusión y equidad de género, cobertura, gobernanza (participación de la sociedad civil), gestión educativa, conectividad universal, formación inicial y continua de los docentes; uso apropiado de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), y la interculturalidad.

A partir de hoy y todos los sábados se publicará una página, un espacio ciudadano para que todos -sin excepción- puedan opinar y participar. La era digital impone nuevos formatos: el hipertexto, la Internet, las redes sociales, los programas, la computadora, el celular, el ‘big data’ y los nuevos lenguajes. Y sobre corresponsabilidades.

Elemento

La estrategia de todos los sistemas educativos es formular una alfabetización universal, mediante la creatividad,
la innovación y el uso de las nuevas tecnologías.

Las escuelas creativas

Sir Ken Robinson, educador y escritor británico, calificado como el mejor profesor del mundo, visitó el Ecuador. Sus dos obras, ‘Las escuelas creativas’ y ‘El elemento’, son íconos que reflejan su pensamiento, considerado revolucionario. Para él, “la imaginación es la fuente de todo logro humano”.

Su mensaje es sencillo: la alternativa frente a sistemas educativos rígidos, burocráticos y formales es volver a la naturaleza de los niños y sus talentos.

“Los niños tienen capacidades de aprendizaje y los gobiernos tienden a devaluar esos talentos mediante la estandarización de todo el sistema, al controlarlo todo, penalizarlo y normalizarlo. El resultado es obvio: la indiferencia y el conformismo. Y así no cambia la educación”

La escuela del futuro

La escuela tiene que reinventarse mediante la articulación con la economía (producción de conocimientos); con la cultura (respeto a la diversidad); con la sociedad (ciudadanía y ambiente); y con cada persona en particular (proyecto de vida).

La nueva escuela debe partir de la inteligencia artificial, la robótica, la Internet de las cosas y las nuevas profesiones: los vigilantes ‘online’, los conductores de drones y los brokers personales. El “elemento” de inflexión –aplicación de estas ideas- es responder con creatividad e innovación. La verdadera educación debe convertirse en competencias. Es urgente recuperar el arte, la música, la filosofía, el teatro, el dibujo, la oratoria y el juego, porque “si normatizamos la educación matamos el cambio”.

La situación de los profesores

Los profesores  –formados en el currículo del siglo XX– transmiten conocimientos obsoletos, porque los previos que traen los estudiantes son más avanzados que los que “dicta” el docente, y la profesión docente se disuelve en una vorágine de contenidos que están en los textos oficiales, que parecen fósiles, porque no resisten ante la gigantesca “avalancha informativa” que circula por las redes. Revertir con investigación y pasión, con ciencia y conciencia, como dice Édgar Morin, antes que capitular ante el estatus quo caracterizado por el “vacío ético” y las desigualdades abrumadoras, es un desafío del profesor del tercer milenio. Los cambios en el sistema educativo y en la mentalidad de todos los maestros son inapelables y urgentes.

Cambios radicales en escuelas

“Tenemos que ser más creativos, más innovadores. Pensar en el ecosistema. Es duro decir, pero hemos creado escuelas antagonistas al aprendizaje. La estructura ha matado la misión de educar”, afirma Robinson, porque la escuela actual se parece a una fábrica del siglo XX. Este tipo de educación cumple ciclos, prioriza resultados y prepara “productos” donde el estudiante es receptor pasivo de información, y en consecuencia el control ha matado al aprendizaje. No hay alternativas.

O transformamos la escuela o seguiremos haciendo lo mismo: escuela de mediocridades. La reforma universitaria -que forma profesores- es clave para asegurar una educación inicial y continua de los docentes, mediante políticas de Estado y no gobierno.

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