Los signos de deterioro cognitivo son visibles hasta 10 años antes

La soledad es uno de los elementos agravantes de la demencia senil, según los expertos. Foto: Pexels.

Algunos signos de deterioro cerebral pueden detectarse hasta nueve años antes de que al paciente se le diagnostiquen algunas enfermedades relacionadas con la demencia, según un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.

Los resultados del estudio, que publica la revista Alzheimers & Dementia, plantean la posibilidad de que, en el futuro, los pacientes de riesgo puedan ser examinados para ayudar a seleccionar a los que se beneficiarían de acciones para minimizarlo o para ayudar a identificar a los adecuados para ensayos clínicos de cara a nuevos tratamientos médicos.

Indicios mensurables

En la actualidad hay muy pocos tratamientos eficaces para la demencia u otras enfermedades neurodegenerativas, debido en parte a que suelen diagnosticarse una vez que aparecen los síntomas, mientras que la neurodegeneración subyacente puede haber comenzado años antes.

El equipo recurrió al Biobanco del Reino Unido, una base de datos biomédica que contiene información anónima tanto genética, como de estilo de vida y de salud de medio millón de participantes entre 40 y 69 años.

Además de recopilar información sobre la salud de los participantes y los diagnósticos de enfermedades, también hay datos de una serie de pruebas que incluían la resolución de problemas, la memoria, los tiempos de reacción y la fuerza de agarre, así como sobre la pérdida o aumento de peso y el número de caídas.

Con ello, los investigadores pudieron ver, en retrospectiva, si había algún indicio cuando se recogieron por primera vez las mediciones de los participantes (entre cinco y nueve años antes del diagnóstico del problema).

Las personas que desarrollaron la enfermedad de Alzheimer obtuvieron peores resultados que los individuos sanos en las tareas de resolución de problemas, los tiempos de reacción, el recuerdo de listas de números, la memoria prospectiva (la capacidad de recordar para hacer algo más tarde) y el emparejamiento de objetos o elementos.

Este fue también el caso de las personas que desarrollaron una forma más rara de demencia conocida como demencia frontotemporal, señaló la Universidad. Además, quienes tuvieron alzhéimer tenían más probabilidades que los adultos sanos de haber sufrido una caída en los 12 meses anteriores.

Asimismo, aquellos que desarrollaron una rara enfermedad neurológica conocida como parálisis supranuclear progresiva, que afecta al equilibrio, tenían más del doble de probabilidades de sufrir una caída.

Relación con lo físico

Para cada enfermedad estudiada -incluyendo la enfermedad de Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy- los pacientes reportaron una peor salud general al inicio de la toma de datos.

Cuando examinaron los historiales de los pacientes, quedó claro que mostraban algún tipo de deterioro cognitivo varios años antes de que sus síntomas fueran lo suficientemente evidentes como para provocar un diagnóstico, señaló uno de los autores, Nol Swaddiwudhipong, de la Universidad de Cambridge.

Las deficiencias eran a menudo sutiles, pero afectaban a varios aspectos de la cognición. “Este es un paso para que podamos examinar a las personas con mayor riesgo -por ejemplo, los mayores de 50 años o los que tienen la tensión arterial alta o no hacen suficiente ejercicio- e intervenir en una fase más temprana para ayudarles a reducir su riesgo”, consideró el experto.

Sin embargo, el autor principal de la investigación, Tim Rittman, del mismo centro universitario, añadió que “las personas no deberían preocuparse excesivamente si, por ejemplo, no son buenas recordando números”.

Incluso algunas personas sanas obtendrán naturalmente una puntuación mejor o peor que la de sus compañeros, agregó el investigador, aunque animó a “cualquier persona que tenga alguna preocupación o note que su memoria o su capacidad de recordar está empeorando a que hable con su médico de cabecera sobre este tema en particular”.

Teoría sobre el Alzheimer

Mientras tanto, una nueva investigación de la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos) refuerza la hipótesis de que la enfermedad de Alzheimer es causada por la disminución de los niveles de una proteína específica, en contra de la teoría predominante, que relaciona al padecimiento con las placas amiloides.

Los investigadores, que fueron dirigidos por el doctor Alberto Espay y el doctor Andrea Sturchio, en colaboración con el Instituto Karolinska de Suecia, publican la investigación en el Journal of Alzheimer’s Disease.

La investigación se centra en una proteína llamada beta-amiloide, que desempeña normalmente sus funciones en el cerebro en una forma soluble, es decir, soluble en agua, pero a veces se endurece formando grumos, conocidos como placas amiloides.

Por más de 100 años se ha defendido que la causa es la acumulación de placas amiloides en el cerebro. Pero Espay y sus colegas plantean que las placas son simplemente una consecuencia de la disminución de los niveles de beta amiloide soluble en el cerebro.


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