Protocolo para la viruela incluye aislamiento

La OMS indica que la vacuna contra la viruela convencional es bastante eficaz en el tratamiento de esta nueva variante. La vacunación masiva está descartada en el mundo. Foto: EFE

El brote de viruela del mono aparece en medio de una pandemia y genera alarma, pero hay que aclarar algunas diferencias. Comparar esta enfermedad con el covid-19 es un error, porque las formas de transmisión y los niveles de infección son distintos.

Los aerosoles (esas diminutas gotitas que se producen al respirar) no son un riesgo. Solo un estrecho y prolongado contacto puede abrir la vía al virus, particularmente por el roce con las lesiones de la piel y gotas gruesas de saliva.
La capacidad de contagio es baja; un paciente positivo puede infectar a una persona más.

Enfermedad detectada en 1970

La viruela del mono es una zoo­nosis -enfermedad que se transmite de animales al ser humano- y no es nueva. Es causada por un virus de la familia de los ortopoxvirus, que tiene entre sus reservorios naturales roedores y primates de África central y África occidental, su área endémica.

Fue detectada en 1970, en un niño de la República Democrática del Congo (África). En 2003 hubo un brote en Estados Unidos, la primera vez fuera del continente africano. El 7 de mayo de 2022 se notificó el primer caso del brote más reciente, que ya supera los 100 diagnósticos positivos en 16 territorios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque no es considerada una enfermedad de importancia, llama la atención su cambio de comportamiento. Su rápida dispersión en distintas regiones, en especial Europa, activó una alerta epidemiológica global porque gran parte de los reportes no están vinculados a viajes a zonas endémicas.

En Ecuador, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha definido un lineamiento de acción. El subsecretario nacional de Vigilancia Epidemiológica, Francisco Pérez, descartó la presencia del virus, pero ayer dio detalles del protocolo que aplicarán ante posibles casos.

Síntomas característicos

El plan tiene tres elementos claves. La detección es el primer paso y se hará según los síntomas característicos. La erupción en la piel es el signo más evidente y puede aparecer entre uno y 10 días después de otras señales, como la fiebre.

El exantema es común en males endémicos, como la varicela e incluso el dengue. Por eso, en otra fase se descartarán estas patologías y luego se analizará el nexo epidemiológico; por ejemplo, si hubo viajes a países como España.

“No creemos que sea una enfermedad que tenga unas características de expansión para saturar el sistema de salud ni para poner restricciones. En España hay cerca de 40 casos entre 40 millones de habitantes; es una proporción muy pequeña”, dijo Pérez.

Por eso, el aislamiento domiciliario será la forma de control. El subsecretario aclaró que no habrá hospitales centinela, porque la enfermedad se puede manejar en casa, bajo monitoreo y con medicación para controlar la fiebre, la picazón y otros síntomas.

El diagnóstico estará a cargo del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi), que está importando 2 000 pruebas PCR para la identificación del virus. Se tiene previsto que lleguen la próxima semana.

Las muestras para estos análisis se toman del líquido de las vesículas que se forman en la piel o restos de las costras. Entre los lineamientos se incluyen medidas de bioseguridad para el personal sanitario que realice este procedimiento, ya que esta es la etapa de mayor contagio. Los resultados se obtendrán en 72 horas.    

La identificación y seguimiento de los contactos es otro paso. El microbiólogo Patricio Rojas, docente de la Universidad San Francisco de Quito, recomienda analizar la implementación de medidas en otros países, como la vacunación en Reino Unido para quienes estuvieron cerca de los casos confirmados. Hay una vacuna específica contra la viruela del mono, de producción limitada.