Salasaka conserva el vigor de sus tejidos

Ocho personas trabajan en la recuperación de una técnica ancestral de tejido, la cual ha sido practicada por esta población de Tungurahua por más de 500 años. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.

Franklin Caballero, artista e investigador indígena, lo cuenta: “Nuestros abuelos adiestraban a sus nietos y les compartían conocimientos en la curación shamánica, la danza, la música, la gastronomía, la agricultura, las tradiciones y las costumbres. Una de las técnicas es el Modarte Textil Salasaka, que aún se mantiene”.
Explica que en su cultura desde los 5 hasta los 15 años, los niños y adolescentes dominaban por completo el arte textil. Esta técnica milenaria de este pueblo asentado en el cantón Pelileo, en Tungurahua, desarrollaron y que fueron perfeccionando a través del tiempo. “Este conocimiento se mantiene en los habitantes como una cultura viva”, dice Caballero.
Este investigador de la cultura explica que a través del tejido ha logrado entender las diversas esferas de su cultura como la tecnología, la agricultura, el rito, el tributo, el arte y el lenguaje que los transmite a través de sus tejidos elaborados en grandes telares de pedal.
En estas obras transmite las vivencias de sus pueblos, los danzantes que adoran a la luna y al sol. También representa la chacana o Cruz Andina. “Lo que buscamos es reforzar esta técnica y que los niños y jóvenes sientan en su corazón y este arte maravilloso que tenemos no se pierda. La idea es que no la consideren como una artesanía, sino como un arte”.
Indica que hace 526 años, dominaban los telares de cinturas como móviles y ahora los fijos de pedal. En la actualidad los telares de cintura son utilizados para tejer chumbis y los de pedal en el arte de los tejidos grandes.
La lana la obtenían de las llamas, vicuñas, alpacas, guanacos y el algodón. Ahora el hilo es de borrego, los colores se los obtiene con el uso de plantas y la cochinilla. Eso permite conseguir tejidos de calidad y de una combinación de colores”.
El grupo Modarte Textil Salasaka está dirigido por Caballero y busca fortalecer la sabiduría textil como la vestimenta cotidiana, ceremonial y de otros. “En esta propuesta iniciamos cinco personas y en la actualidad somos ocho los que trabajamos con esta técnica. Es mi creatividad, excepto la chacana que se exhibe en los tapices”.
En las obras también se grafica al volcán Tungurahua, el proceso eruptivo y las estrellas y la naturaleza donde se explica que antiguamente eran grandes astrónomos y geólogos y estudiaron por qué emanaba el fuego. Ahí interpretaron que la tierra tiene vida y todo lo que está a nuestros alrededores tiene vida.