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Con sahumada y flores se practica la medicina ancestral en Latacunga

José Casa realiza una limpia con las ramas de los árboles de eucalipto, santa maría, ruda, tigrillo, marcos y otras. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

José Casa realiza una limpia con las ramas de los árboles de eucalipto, santa maría, ruda, tigrillo, marcos y otras. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

José Casa realiza una limpia con las ramas de los árboles de eucalipto, santa maría, ruda, tigrillo, marcos y otras. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

La medicina ancestral se practica en una oficina del edificio del Patronato Provincial de Cotopaxi, ubicado al sur de Latacunga. José Casa es el encargado de curar el espanto, el mal aire, el mal de ojo, el mal de viento y realizar masajes para aliviar el estrés, en los niños y adultos mayores.

Utiliza hierbas medicinales, flores, el cuy, el huevo y la sahumada con el palo santo. Casi siempre viste un impecable mandil blanco. Oriundo de la comunidad El Galpón, en el cantón Salcedo, aprendió esta actividad ancestral de su abuelo Manuel Casa.

El hombre de contextura gruesa recuerda que desde pequeño aprendió a sacar las malas energías y sentir qué órganos pueden estar afectados con enfermedades.

“Siempre estuve observando a mi abuelito que practicaba la medicina ancestral de sus antepasados en la pequeña choza que vivíamos. En mi pueblo él era conocido como ‘curapicha’, es decir, que curaba los males con el cuy”.

En el consultorio de Casa hay un escritorio, sillas plásticas, troncos de madera, un armario y dos esteras que son utilizadas como alfombra. En una de las paredes se ubicó una lanza de los pueblos indígenas de Pastaza, un bastón de mando, un tambor con piel de borrego, un látigo y la wipala.

Mientras que en su escritorio están apiladas las piedras volcánicas, rocas de río energizadas, velas, figuras precolombinas y vasijas de los pueblos de la Sierra centro.

Hay recipientes de vidrio que contienen licor, colonias y otros líquidos. En el piso aparecen dos atados con ramas de los árboles de eucalipto, santa maría, ruda, tigrillo, marcos, cascuyuyo y otras.

“Todos estos elementos los he recolectado en mis 20 años de trabajo de la medicina ancestral. También, tengo un collar con huesos, semillas y pequeñas lanzas de chonta. Siempre estoy actualizándome y conversando con los sabios de la provincia”.

El curandero perfeccionó su actividad ancestral visitando a los yachaks de Otavalo, Tena, Santo Domingo, Pastaza, Riobamba y otras ciudades. Allí aprendió sobre los elementos de la cosmovisión indígena, la pacha mama o madre tierra y los elementos del agua, el fuego, la tierra y el viento.

María Taco visitó el consultorio ancestral, porque tenía decaimiento de su cuerpo y le dolía la cabeza, el pasado lunes. La indígena, de 35 años, indicó que al momento de llegar a su casa comenzó a sentirse mal.

“Un intenso frío tuve en mi cuerpo. Me tomé unas pastillas para el dolor de la cabeza, pero no me pasó y mi madre me recomendó ir donde el curandero y eso me ayudó mucho”, contó.

La sesión de sanación tardó 15 minutos. Casa hizo que se pusiera de pie sobre la estera, encendió una vela y comenzó a frotar el manojo de hierbas medicinales. Minutos después arrojó bocanadas de licor.

“Para la curación también utilizamos flores y el palo santo. La luz es un símbolo importante para nosotros, porque no debemos trabajar en la oscuridad”, comentó Casa.

La atención en las oficinas del Patronato de Cotopaxi son de lunes a viernes, de 08:00 a 13:30. El costo de las curaciones es de forma voluntaria.

Ana Ushca, comunicadora del Patronato, indicó que no tiene un precio fijo y que recibe lo que las personas les desean dar. “José Casa nos indicó que recibe la voluntad de las personas porque en esta actividad no hay interés de nada. Indica que la propia gente le ayuda con algo”, indicó Ushca.

En el Centro Médico Intercultural tipo A del Patronato Provincial de Cotopaxi también se brindan los servicios de obstetricia, odontología, fisioterapia y medicina general. Además de enfermería, acupuntura, trabajo social, farmacia y ambulancia.

Eloísa Toaquiza, presidenta del Patronato, detalló que los servicios médicos están dirigidos a la población de las zonas rurales de la provincia. “Estamos trabajando en nuevas alternativas de medicina ancestral que se sumarían a las que tenemos”.