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Refugios tienen escasez de alimentos por la emergencia sanitaria

80 animales viven en la organización Aúlla. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

80 animales viven en la organización Aúlla. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

80 animales viven en la organización Aúlla. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

La disminución de donaciones y el aumento de perros y gatos callejeros son algunas de las dificultades que enfrentan los refugios de rescate animal desde que empezó la emergencia sanitaria. Aunque continúan funcionando, cada vez tienen más obstáculos para conseguir los alimentos y medicinas que necesitan los 200 o 300 animales que dependen de cada fundación.

Andrea Torres, presidenta de Aúlla Ecuador, cuenta que esta organización atiende a 148 perros y gatos que están distribuidos en su refugio y en hogares temporales. Desde que se inició la emergencia, empezó a notar que dejaban de llegar los voluntarios y la comida.

“Es difícil tener reservas porque vivimos al día”, dice. Sumado a esto, las restricciones de movilidad y la falta de transporte han impedido que se pueda trasladar a recoger las donaciones.

Urbanimal atiende emergencias. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

El personal de Aúlla alimenta a otros 90 perros, ya esterilizados, que viven en la calle. Según Torres, ha aumentado el número de callejeros en estos días. Se puede asociar con que las personas tienen dificultades económicas y deciden deshacerse de sus mascotas.

“Estamos alarmados por el incremento del abandono de animales”, cuenta América Freire, fundadora de Patitas Callejeras. Esto lo ha evidenciado sobre todo en Chillogallo, Quitumbe, Calderón y en el Comité del Pueblo.

Para enfrentar la problemática, Patitas Callejeras difunde en sus redes sociales el mensaje de que perros y gatos no transmiten el covid-19, algo que también ha sido difundido por la Organización Mundial de la Salud. Esta fundación mantiene a 200 animales en un santuario y a otros 150 en hogares temporales.

Por ahora no hay esterilizaciones. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Ambas coinciden en que las limitaciones para acudir a una emergencia o hacer un rescate son otro problema. Las restricciones de movilidad por el toque de queda y el número reducido de veterinarias complican la atención.

“No podemos seguir apoyando al mismo ritmo que antes”, dice la Presidenta de Aúlla. Ella pide a las autoridades que se otorgue un salvoconducto a quienes trabajan en estas fundaciones ya que la labor de vigilancia y control de la fauna urbana también es un asunto sanitario. 

Protección Animal Ecuador (PAE) implementó mecanismos para la atención. La fundación ofrece un servicio a bajo costo de teleconsulta veterinaria y atiende emergencias previa cita de 7:00 a 12:00.

Santiago Prado, veterinario y miembro de Urbaninal, explica que los dos centros municipales continúan atendiendo emergencias en el horario autorizado. Además, se han creado brigadas para alimentar a los perros que viven en parques y terminales como la de Quitumbe.