Durante la travesía se observa un antiguo astillero de embarcaciones pesqueras y de cabotaje, donde también se realizaban construcciones y reparaciones de barcos. Fotos: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
A bordo de una embarcación es posible recorrer el estuario del río Esmeraldas para conocer de cerca a las pequeñas poblaciones como Tachina, Pianguapí y el Cabezón.
Cerca de 2 500 habitantes están asentados en estas zonas desde hace 70 años y se dedican a la producción de carbón, pesca tradicional, cultivos de frutas y, desde hace 10 años, al cuidado del manglar.
La travesía náutica dura alrededor de 45 minutos y comprende la visita a cinco localidades. Allí los turistas conocen la historia de los primeros habitantes de esos poblados y su forma de vida.
Mientras los turistas se colocan el chaleco salvavidas y atienden las instrucciones para el viaje, se escucha música marimba. La embarcación zarpa desde el puerto de Marina Ecovida, empresa que promueve el turismo cultural.
A solo cinco minutos están los pescadores artesanales quienes acoderan sus tradicionales canoas de madera en un minipuerto. Este es el primer punto del recorrido.
Allí, uno de los tres guías hace detener la embarcación para explicar que en Tachina se capturan camarón, pargos, lisas y bagres, que luego se venden en los mercados locales.
La pesca es una de las actividades productivas de Jacinto Bone, uno de los pescadores. Él expone a los turistas cómo utiliza sus artes de captura y repara sus redes de pesca.
La embarcación tiene asientos, miradores y césped artificial como decoración.
Más adelante está el antiguo astillero, el segundo punto. Este es uno de los dos ubicados en la zona y es un ícono de la carpintería naval por ser el más antiguo, entre los años 70 y 90, cuando se construían barcos en Esmeraldas.
Desde el agua se observan los cascos de embarcaciones viejas y otras que quedaron acoderadas al borde del río, donde los habitantes se reúnen para lavar la ropa.
La siguiente parada son las fincas frutales de Pianguapí, donde se cultivan mangos, naranjas, caña de azúcar y los más antiguos queman carbón para vender en los sitios donde se preparan asados.
Uno de los últimos puntos del recorrido, mientras se sube por el afluente, es el sitio de los areneros. Son habitantes afros que desde hace más de 60 años se dedican a la extracción de arena de manera artesanal.
La última estación del recorrido está en el manglar del estuario del río Esmeraldas, hasta donde concurren especies de aves que son fotografiadas.
Édgar Báez, guía turístico, explica que desde hace tres meses que empezaron con la promoción de este recorrido a cinco puntos a lo largo del río, se han sumado más personas para realizar el viaje.
Hasta el momento, unos 1 500 turistas, en su mayoría de la Sierra, han realizado la travesía. Así lo hicieron, por ejemplo, la semana pasada Paola Cevallos y Víctor Solís, de la Región Andina.
Tome en cuenta antes de acudir a los recorridos
El costo de los recorridos por las poblaciones del río es de USD 5 por persona.
Los barcos pueden transportar hasta 50 personas en cada viaje.
Para los paseos se recomienda ropa y zapatos cómodos. Y llevar un repelente.
Cada viaje tiene su propio guía que explica los detalles de cada parada.
El horario para los paseos es de 10:00 a 11:00 y a partir de las 15:00.
La Cámara de Turismo ofrece más información de la ruta, en uno de sus puntos.