De izquierda a derecha: Sergei Pavlov, Nicolás Boni y Stefano Vizioli. Fotos: Diego Pallero / EL COMERCIO.
El proceso de valorización de ‘La Rondine’ dentro del repertorio operístico de Giacomo Puccini Lento ha sido lento.
Al poco tiempo de su estreno, la prensa francesa calificó a esta obra como la enemiga de la ópera. Esto resaltó de sobremanera cuando su autor revisó en tres ocasiones la pieza en busca de un final satisfactorio, mas nunca lo logró en vida.
Hoy se suma una nueva visión de la obra a la que muchos han llamado “el patito feo” de Puccini. Esta noche, a las 19:30, el Teatro Nacional Sucre abre su temporada de ópera con la presentación de ‘La Rondine’. Bajo la dirección de Sergei
Pavlov, en la música, y Stefano Vizioli, en la escénica, para esta producción se ha elegido a la década de 1950 como el espacio para desarrollar la historia.
A pesar de que la obra ha sido opacada frente a piezas de renombre como ‘Madama Butterfly’ o ‘La Bohème’ -también del repertorio de Puccini-, su reposición en escenarios de todo el mundo tomó fuerza durante la segunda mitad del siglo XX. Con mayor frecuencia, las puestas se volvieron más ambiciosas, y tras su producción se encontraban casas de renombre como la Royal Opera House de Londres o la Metropolitan Opera de Nueva York.
Conscientes o no, lo cierto es que los directores han ambientado la obra en el momento que sirvió de antesala a la revolución feminista de los sesenta y setenta. Es en la época de la aparición de ‘El segundo sexo’, en la de la promulgación de los derechos de la mujer, donde Magda de Civry (interpretada por Yanzelmalee Rivera / Vanessa Lamar) encuentra momentáneamente su propia felicidad solo en el momento en el que transgrede las imposiciones sociales y escapa con Ruggero Lastouc (Freddy Godoy / Jorge Cassis).
Alejado de toda idea de lo políticamente correcto, Pavlov, quien dirige a la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador en los tres días de ópera (jueves, viernes y sábado), comenta que la dramática relación afectiva entre la prostituta y el poeta funciona independientemente del momento en el cual esté ambientada la ópera. En ese sentido, Puccini se ha mantenido presente hasta la actualidad gracias a la atemporalidad característica de sus piezas escénico-musicales.
A pesar de que Puccini escribió una misma partitura en las tres versiones, los textos entre estas cambian radicalmente. Así, mientras que en la primera es ella quien resuelve su futuro como pareja de Ruggero, en la tercera es el poeta el encargado de decidir cómo terminará el amor entre ambos.
En esta puesta en escena, Vizioli ha trabajado con el libreto original de 1917, tal vez el más dramático de todos. Justifica su decisión tras inferir que, teniendo en cuenta a la música, es mucho más fácil ubicar los intensos momentos finales en la época de 1950. Asimismo, esta pieza es la que dota de mayor autonomía a la mujer frente al dominio del hombre.
Una cuestión esencial en la producción de ‘La Rondine’ ha sido la elaboración de una escenografía tanto sensual como intensa, visualmente hablando. Nicolás Boni, encargado de este elemento, lleva trabajando los últimos meses en los bocetos y escenarios que se presentan desde esta noche en el escenario del Teatro Sucre.
Uno de sus desafíos ha sido repensar los espacios ideados por Puccini, para quien la obra se debía desarrollar en un ambiente entre finales del siglo XIX e inicios del XX. En la versión de Boni, cortesanas, intelectuales y millonarios viven en una Francia llena de lujos y placeres efímeros.
PERFILES
Sergei Pavlov. Director musical. Nacido en Bulgaria, realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música de su país. Ha trabajado en universidades y centros de formación artística en países como Francia y EE.UU.
Nicolás Boni. Diseño escénico. Es miembro del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano de la Universidad Nacional del Rosario. Ha realizado escenografías de óperas como ‘El barbero de Sevilla’.
Stefano Vizioli. Director escénico. Desde finales de la década de 1970 viene realizando un trabajo en producciones como ‘Impresario delle Canarie’, ‘Italiana in Algeri’, ‘Rigoletto’, ‘Suor Angelica’, ‘Cavalleria rusticana’, entre otras.
CIFRAS
3 meses de trabajo ha tomado el montaje de la ópera en el
Sucre.
200 personas aproximadamente trabajan en esta producción.