Estefanía Cardona (der.), de Lifestyle Kiki, y Cristina Maag, de Front Row, creen que el rol del fashion blogger ecuatoriano es crucial para la creación de esta industria. Fotos: Armando Prado / EL COMERCIO y Cortesía Xavier Espinoza / Front Row
Si bien en Ecuador no se puede hablar de una industria de la moda, hay dos ‘fashion blogs’ ecuatorianos que han recibido reconocimientos internacionales por su rol en la difusión y generación de contenidos alrededor de las propuestas locales; de diseñadores, fotógrafos, modelos, maquillistas, y otros. Estos son Lifestyle Kiki, dirigido por Estefanía Cardona, y Front Row, iniciativa de Cristina Maag.
En el último año ha habido un ‘boom’ en los blogs de moda y si esto es bueno, pues hay más perspectivas en la divulgación, también se busca que haya más compromiso y seriedad. El objetivo es que se pueda hacer un trabajo en conjunto que impulse esta industria en el Ecuador y que convenza a los ecuatorianos de que sí pueden adornar las calles con su vestido, cuenta Cardona.
Para Maag, el rol del ‘fashion blogger’ ecuatoriano es crucial, pues no solo informa, sino crea un vínculo entre el público y los creadores, que es esencial para el desarrollo de ventas y comercialización. Además, los blogs se han convertido en espacios no invasivos –como la publicidad- a los que las personas acuden para asesorarse en alternativas de compra. Según datos proporcionados por Cardona, en el 2014, solo en Latinoamérica, el 93,3% de personas aseguran que compraron algo influenciadas por un bloguero.
Este fenómeno ha sido reconocido por autoridades de la moda como Suzy Menkes, editora de moda de ediciones internacionales de Vogue. “El mundo cambió cuando la moda dejó de ser un monólogo, para convertirse en un diálogo. Y esto no va a parar nunca, gracias a los blogs de moda”, aseguró la periodista británica en el 2010.
Entonces, si antes a escala mundial, la moda era dictada por grandes casas especializadas, el aparecimiento del bloguero logró visibilizar el estilo de la calle -a través del ‘cool hunting’ (caza de tendencias)-, difundió información sobre nuevas propuestas en cuanto a fotografía, maquillaje y diseño y planteó su propia perspectiva y crítica de la moda.
Las dos emprendedoras ecuatorianas no se han limitado a mostrar fotos de productos, sino también analizan temas importantes para la moda local, como por qué los diseñadores ecuatorianos tienen tantos problemas con el mercado nacional. Además, se han comprometido con la creación de contenidos, para no solo contar las historias de los actores de moda, sino también mostrar y hacer propuestas estéticas.
Las producciones para contar relatos alrededor de los diseños, a través de fotografía de moda o cortos, usualmente involucran hasta a 10 personas. Fotógrafos, modelos, diseñadores, estilistas, productores y maquillistas participan en estos proyectos por amor al arte, cuenta Cardona, ya que por lo general no obtienen réditos por este trabajo.
Sin embargo, su objetivo es cambiar esta realidad y que en el medio ecuatoriano las franquicias internacionales y las marcas locales empiecen a valorar el trabajo que protagonizan los blogueros de moda, para que ellos puedan continuar con este aporte.
Para Cardona y Maag, la lucha diaria de ambas -a pesar de que no exista reconocimiento económico todavía- tiene sentido, pues creen que el futuro de la moda en el país depende de la organización y trabajo interno.