Es una bebida hecha a base del plátano maduro cocinado. A diferencia de muchas bebidas tradicionales de las comunidades ecuatorianas como la chicha, no requiere de un período de fermentación. Foto: archivo EL COMERCIO
El plátano ha sido parte de la cultura, la gastronomía y de la vida del Ecuador. No obstante, el origen de esta fruta está en el sudeste asiático, y su llegada a Latinoamérica se remonta a los tiempos de la llegada de los españoles a la región, según consta en los archivos digitales del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador.
Desde entonces, el plátano ha sido parte de la cotidianidad de las diferentes regiones en las que se ha cultivado. Y aunque ha sido conocido a escala mundial gracias a su sabor y su versatilidad para el acompañamiento de diferentes platillos, la fruta también guarda propiedades energizantes. Parte de las tradiciones de los waorani ha sido la ingesta de la chucula, una bebida dulce elaborada en base al plátano.
Si bien en la actualidad se la considera una golosina, esta no es la única función de esta bebida. Gracias a sus propiedades energéticas, la chucula ha sido ingerida también como parte de los alimentos que conforman la dieta cotidiana, con otros productos que ayudan a dotar de fortaleza física a los integrantes de las comunidades.
En el artículo Saberes Waorani y Parque Nacional Yasuní: Plantas, Salud y Bienestar en la Amazonía del Ecuador, elaborado por el Ministerio de Ambiente del Ecuador en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se detalla parte de las costumbres y conocimientos ancestrales de los pueblos de la zona. En dialecto Wao tededo, la chucula o batido de plátano también es denominado como ‘penemempe’.
Es una bebida hecha a base del plátano maduro cocinado. A diferencia de muchas bebidas tradicionales de las comunidades ecuatorianas como la chicha, no requiere de un período de fermentación.
El proceso de preparación de la chucula implica que los plátanos maduros sean cocinados en agua o en leche hasta que se ablanden. Posteriormente, el plátano es machacado con un mazo de madera.
La preparación de la chucula también puede incluir maíz maduro o tierno, el cual debe ser molido, cernido y remojado para que las cáscaras de los granos de maíz puedan ser retirados de la mezcla.
El maíz se agrega en agua hervida y se deja un tiempo prudencial para su cocción. No se debe agregar en agua fría para cocinar, porque pueden quemar los alimentos.
Este tipo de preparación permite que los azúcares y más nutrientes del plátano se mezclen con los aminoácidos esenciales del maíz, componentes principales que le dan las propiedades energizantes a esta bebida.
La ingesta de esta preparación es altamente recomendada para las mujeres en período de lactancia, ya que se considera que también estimula la producción de leche materna.