La desintoxicación tecnológica es cada vez más necesaria

Hay personas que están tan conectadas que incluso los fines de semana no dejan de revisar el teléfono celular. AFP
En un mundo conectado, es difícil romper el hábito de revisar el teléfono a cada instante. Ansiedad, falta de oxígeno y estrés son algunas sensaciones experimentan quienes dejan de usar por unos minutos el teléfono celular, la tableta o cualquier otro dispositivo tecnológico.
Las personas están tan acostumbradas a los dispositivos móviles, que les puede tomar varios meses superar la denominada nomofobia, una enfermedad que padecen las personas que necesitan estar todo el tiempo con el celular en la mano. El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia".
Una respuesta a esta situación se la puede encontrar en el libro 'Cómo separarse de su teléfono; un plan de 30 días para recuperar su vida', que no es una publicación en contra de la tecnología. Por el contrario, es una suerte de manual para hacer menos traumática la separación paulatina de los aparatos tecnológicos.
A este distanciamiento saludable, los expertos lo llaman "detox tecnológico". Diego Proaño comenta que por la naturaleza de su trabajo necesita estar siempre conectado y prácticamente lleva el celular a todas partes, incluso al baño. Según comenta, una de las maneras que encontró para hacer una pausa de la tecnología fue alejarse de la rutina diaria.
Para este ejecutivo, las vacaciones se convirtieron en el mejor momento para lograrlo. Explica que al estar alejados del trabajo, es posible hacer un paréntesis de las obligaciones, responsabilidades y hábitos diarios.
Andrés Salazar, ingeniero en Sistemas de la empresa Machángara Soft, indica que para no crear una adicción al celular, decidió fijarse un límite de máximo dos horas al día conectado al celular, este tiempo obviamente repartido a lo largo del día.
En las últimas semanas se planteó el objetivo de bajar este tiempo a solo 40 minutos diarios. Según comenta, hay que ocuparse en otras actividades para no estar "pegado" al teléfono.
En el caso de Salazar, él busca estar más tiempo en familia, hacer deporte o leer un libro, sobre todo, los fines de semana.

Paula Vernimmen Aguirre, psiquiatra, manifiesta que la dopamina es un químico que secreta nuestro organismo y que hace sentir bien a las personas cuando disfrutan de momentos que les proporcionan bienestar. En muchos casos, el estar siempre conectados a la tecnología brinda esta sensación. Hay personas, precisa, que no pueden estar ni un minuto sin estar mirando Facebook, Instagram o enviando mensajes por el teléfono.
Estas conductas compulsivas y repetitivas se pueden convertir en una adicción. La experta cree que quienes invierten más de cuatro horas al día a revisar su teléfono ya tienen un problema.
Para superar estas prácticas es necesario cambiar de hábitos y hacer pausas donde primen otras actividades. La especialista aplica una terapia cognitiva conductual, donde las personas hacen primero conciencia de su problema. Por ejemplo, les pide apuntar en una agenda cuánto tiempo invierte el usuario al estar conectado, qué siente al desconectarse, entre otros aspectos.
El objetivo es que, de forma gradual, reemplacen ciertos hábitos por otros. Como señala Vernimmen, las personas saben que dedican mucho tiempo a los dispositivos tecnológicos, pero no se dan cuenta de todo el tiempo que llegan a usarlos, ni lo difícil que resulta acortar esa duración.
Según una investigación de la Universidad Estatal de Binghamton en Nueva York, los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta que proporciona una satisfacción breve, rápida e inmediata, que es muy adictiva. "En el proceso fisiológico, las neuronas son despedidas y la dopamina se libera, y con el tiempo esto nos hace adquirir un deseo de retroalimentación rápida y satisfacción inmediata".
Estas conductas compulsivas y repetitivas condicionan la adicción, ya que producen un estímulo positivo para la persona.
Vernimmen considera que las personas están frente a una adicción cuando una conducta empieza a afectar la vida y en el caso de la relación con los celulares podría relacionarse con la conducta compulsiva de revisar a cada instante el teléfono para ver, por ejemplo, los 'me gusta' que tuvo una publicación de Instagram o Facebook, los mensajes de WhatsApp.
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