Nuevas versiones de paletas se encuentran en la ciudad y se adaptan a todos los gustos. Foto: Cortesía La Paleta
Las combinaciones de helados toman un nuevo giro en Quito, donde se revive el uso de las paletas, pero se añade el toque decorativo con un popurrí de opciones dulces para acompañar al sabor principal que en su mayoría tiene toques frutales. Así se presentan las paletas como novedosas tendencias que atrapan hasta a los más asépticos al dulce.
La Paleta es una heladería artesanal en donde los productos son considerados como joyas comestibles. Por eso logran plasmar un poco de arte, color y sabor en sus diferentes preparaciones que ofertan en ferias o a través de su perfil de Facebook.
Las versiones frutales aparecen para rendir tributo a las frutas ecuatorianas y su capacidad de mezclarse, casi como en un jugo para iniciar por la mañana. Así una combinación de sandía con menta o frambuesa con kywi resulta refrescante y conserva las texturas de las frutas. Son helados que se elaboran a base de yogur griego, agua o crema.
Para Diego Paredes, gerente de Mundano, las paletas que ofrecen nacen con la idea de reversionar los tradicionales helados de paila. “Hemos visto que los productos artesanales están tomando fuerza en otros países” y por ello decidieron lanzarse a esta oferta hace un año y medio. Los sabores no son lo único que atrapa a los comensales, sino la oferta variada de ‘toppings’ con los que se puede combinar. Los llaman placeres urbanos y combinan los tonos frutales a base de pulpa, azúcar y agua en una misma paleta. Se pueden probar maracuyá y frutos rojos o manzana verde con baños de chocolate blanco y negro, arroz crocante, nibs de cacao, coco rallado y caramelo picante, entre otras preparaciones.
Una especialidad, dice Paredes, son los rallados que son un tipo de jalea que puede ser de caramelo, frutos rojos o leche condensada. Paredes cuenta que debido a la alta demanda trabajan en helados para diabéticos, también se hacen paletas que puedan refrescar su paladar sin remordimiento.
Silvia Ponce, gerenta general de La Paleta, cuenta que los ‘toppings’ son los que permiten hacer de este sencillo postre un arte. Por eso utilizan elementos innovadores en como un crocante de Milo, o azúcar violeta espolvoreado en macarons.
Una mañana soleada, un postre en la tarde o simplemente por el gusto de complacerse con un dulce las paletas se presentan como un alimento que se adapta a la medida del comensal.