Hay muchos tipos de sonrisas, pero ‘Smile’ (‘Sonríe’) muestra una que oculta algo siniestro. La película protagonizada por Sosie Bacon se estrena este fin de semana en las salas de cine de todo el país.
Parker Finn escribe y dirige su primer largometraje como una historia en la que usa la sonrisa como la representación física del mal, aprovechando el poder emocional de la inherente contradicción.
El filme se inspira en un cortometraje que Finn estrenó en 2020 titulado ‘Laura Hasn’t Slept’. Esta producción ganó el Premio Especial del Jurado en la categoría de Cortos de Medianoche del festival SXSW.
En esta producción el cineasta estadounidense explora el terror derivado de un estado mental alterado.
A partir de esa inspiración temática, Finn desarrolla una historia que intenta capturar la sensación de angustia y pánico que puede provocar una experiencia que sucede en el límite entre lo real y lo sobrenatural.
Todo empieza con una sonrisa
‘Smile’ se centra en la Dra. Rose Cotter (Sosie Bacon), una psiquiatra que prefiere dedicarle más tiempo a su trabajo en un hospital público que a su vida personal junto a su novio, Trevor (Jessie T. Usher).
Ella cumple con su trabajo excediendo sus horarios y obligaciones, incluso contradiciendo las recomendaciones de su jefe (Kal Penn). Lo hace como si quisiera mantenerse al margen de su propia vida social o si buscara en sus pacientes la respuesta de una conmoción interna que no se atreve a revelar.
Después de presenciar un extraño y traumático incidente que involucra a una de sus pacientes, los roles se invierten y ahora es la Dra. Cotter quien comienza a experimentar sucesos aterradores que no puede explicar.
Como psiquiatra, el personaje entre en una paradoja que pone a prueba los límites entre la razón y la locura para convencer a sus amigos y a su propia hermana (Gillian Zinser) de que la pesadilla surrealista que experimenta es real.
A medida que este abrumador terror comienza a apoderarse de su vida, la historia de la protagonista se convierte en una lucha por la supervivencia. En su desesperación incluso recurre a un exnovio (Kyle Gallner), para valerse de sus recursos como policía.
En el proceso debe enfrentarse con su inquietante pasado para poder sobrevivir y escapar de su nueva realidad.
El drama intensifica el terror
Como en ‘El bebé de Rosemary’, la película depende completamente de su protagonista. Bacon se muestra como una actriz capaz de expresar la ansiedad de alguien que entra en una peligrosa espiral descendente.
Como estrategia, el director y guionista inicia el relato como el drama de un personaje carismático, pero también vulnerable.
Esa empatía provocada por el drama del primer momento, será clave para intensificar el terror que no dejará de expandirse a partir de la primera experiencia traumática.
Parker Finn dirige esta cinta de terror con el manual del género en la mano. Así se construyen una serie de momentos siniestros con detonantes visuales y sonoros bastante convencionales, pero, al menos, bien administrados.
Cámaras inestables, tomas invertidas o de ángulos extremadamente amplios combinadas con intensos acercamientos son recursos visuales que ayudan a visualizar el descenso hacia la paranoia.
Finn utiliza la sonrisa como un signo perverso y letal, aunque no de la misma forma que, por ejemplo, el ‘Joker’ de Joaquin Phoenix.
En ‘Smile’, esa siniestra sonrisa funciona como un patrón simbólico de la muerte que acecha como una presencia invisible que va tomando forma a medida que se diluye la frontera entre la realidad y lo sobrenatural.
‘Smile’ combina el terror psicológico y paranormal en una fórmula orientada a satisfacer al espectador que disfruta de un momento de adrenalina y sobresaltos.
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