Por estos días un joven se ha convertido en la sensación de Twitter. Se trata de Andrés Canto, un español que contó su historia sobre un singular proyecto personal: ha pasado los últimos seis años construyendo una cueva que, inicialmente, fue planeada para esconderse de sus padres.
Andrés explicó que todo inició en 2015, cuando, con 14 años, tuvo una gran rabieta con sus papás. “Yo no sabía manejar las emociones muy bien”, aseguró en la publicación.
Hoy, con 20 años, Andrés quiso mostrar los avances de su refugio. Por medio de videos se puede ver que hizo unas escaleras en la tierra, pues es subterránea, y una estructura compuesta de una sala de estar y una habitación.
Según un reportaje de ‘The Mirror’, Andrés, quien ahora es actor, aseguró que no tiene mucha claridad sobre por qué empezó a cavar, como si nada, un hoyo en la casa de su familia, la cual está ubicada en la ciudad de La Romana (España).
Lo que empezó como el producto de una rabieta momentánea se convirtió en una ‘terapia de relajación’, por lo cual siguió cavando como si fuera un pasatiempo.
Contó que, junto a su amigo Andreú, se reunían después del colegio para trabajar a cuatro manos en la excavación.
Inicialmente retiraban la tierra a mano, sin embargo, con el paso del tiempo el joven ideó un sistema de poleas que le permitía retirar los escombros de una manera mucho más sencilla.
A medida que la cueva aumentó su
tamaño, Andrés tuvo que
reforzar los
techos con
entradas arqueadas y
columnas para evitar un posible
colapso.
Según ‘The Mirror’, el joven ha gastado unos 50 euros (poco más de 223.000 pesos) en la construcción de su hogar.
La llegada de la pandemia le dio más tiempo para dedicarse a su proyecto y agregó más detalles, como la ampliación de una ‘habitación’.
También aseguró que su familia está de acuerdo con la construcción. Eso sí: tuvo visitas de entidades gubernamentales para recibir la ‘luz verde’ de su refugio. La idea era examinar que no existiera ningún peligro en esta casa subterránea.
En el exterior creó una fuente. También tiene una pequeña terraza para el descanso.
Aún con las dificultades propias de un hogar artesanal, Andrés declaró: "Es genial, tengo todo lo que necesito. Puede ser agotador trabajar aquí porque está mojado y no hay mucho aire, pero he encontrado mi propia motivación para seguir cavando todos los días".