La joven de 23 años que denunció haber sido violada vaginalmente por Dani Alves en una discoteca de Barcelona, renunció a ser indemnizada por el jugador.
Según informa el medio El País, la joven hizo su rechazo ante la jueza que investiga el caso a pesar que la magistrada le recordó que, en caso de ser confirmada la violación por parte de Alves, tiene derecho a ser resarcida económicamente por las lesiones y daños morales sufridos.
La joven de 23 años afirmó que su objetivo es que se haga justicia y que Dani Alves pague con cárcel por el delito.
Según el medio antes citado, el móvil de la prisión da plena credibilidad a la denunciante por su contundente y sin contradicciones declaración de los hechos.
Relato de la víctima
Según los relatos de la joven, ella entró al Sutton un poco antes de las 02:00 con una amiga y su prima.
Ya en el lugar coincidieron con un grupo de mexicanos que las invitaron a la zona VIP y un camarero les pidió de forma insistente que cambiaran de mesa a la que estaba Dani Alves y un amigo.
En su declaración, la chica asegura que no sabía a quién tenía adelante hasta los chicos mexicanos le dijeron.
Dani Alves se lo tomo con buen humor y le dijo que jugaba a petanca en L’Hospitalet.
La joven cuenta que rápidamente las cosas se pusieron feas en la sala VIP, pues Alves les ofreció a les tres chicas una copa de cava, que no bebieron, y se colocó detrás de la denunciante.
“Me estaba dando asco. Desde atrás cogió mi mano, la puso en su pene y la quité”, subrayó la joven.
Dani Alves le dijo que cruzara una puerta que ella desconocía que conectaba con el lavabo de la zona VIP, la cerró y sentó en el inodoro. “Me dijo que no me podía ir y que le tenía que decir que yo era su putita”
Luego, el jugador la cogió con fuerza de la cabeza y la dirigió hacia su pene con la intención de que le practicara sexo oral. La joven asegura que le dio bofetadas.
Al instante, la giró hacia él y la penetró “de manera violenta” hasta eyacular. Se levantó, se vistió y le indicó que el saldría primero.
Tras lo ocurrido, la joven manifiesta que salió del baño con el rostro descompuesto, le dijo a una amiga y a su prima que se iban, rompió en llanto y al salir explicó lo ocurrido al portero que luego la llevó a la sala para que pudiera hablar con un responsable de Sutton.
Luego fue atendida en el Hospital Clínic, cuyo parte médico es uno de los indicios más claros en la causa.
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