A sus 52 años, Alejandro Sanz sigue ‘viviendo de prisa’, como el título de aquel álbum que le abrió las puertas de la fama en 1991. Tres décadas después, el artista español ha vuelto a reencontrarse con sus orígenes, en una experiencia introspectiva que ha tomado la forma de un nuevo álbum, el número 19 de su carrera, publicado este viernes 10 de diciembre con el título de ´Sanz’.
“El disco es un autorretrato. Lo hemos querido plasmar en la música, así como en la portada y el título. Es una forma de mostrar lo que realmente eres y no tenerle miedo a eso”, dice el cantautor madrileño desde el otro lado de la pantalla en una sesión virtual con este Diario y otros medios de la región.
Diez es el número de canciones que Alejandro Sánchez Pizarro considera óptimo para un proyecto discográfico. “Me gusta que cuando se termine de escuchar el disco haya sido como un viaje”, dice sobre el álbum que a las pocas horas de su lanzamiento ya se ubicaba en el primer lugar en la tienda de iTunes en Ecuador, Colombia y Perú.
Cuando era niño soñaba con ser zapatero y ahora, como artista, se considera una especie de artesano, de esos que, a pulso de experiencia e instinto, dominan la letra y la melodía, como materia prima de la música.
“Para evolucionar, muchas veces hay que volver al origen y hay que pensar en esos pequeños sueños del pasado. Al final he terminado siendo una especie de zapatero, intentando hacer canciones que le calcen a todo el que escuche”, dice.
Tal vez por eso fue hace un par de años dejó Miami para mudarse de nuevo a Madrid y recorrer Moratalaz, aquel barrio donde escribió sus primeras canciones y vivió sus primeros amores.
“No regreso a mi barrio porque en realidad nunca me fui de allí, pero después de haber hecho presentaciones en sitios de mucho renombre y regresar al sitio donde empecé a tocar por primera vez y mostrar allí mi nuevo trabajo me parece un acto de valentía poética”, asegura el artista sobre un barrio que hace poco bautizó uno de sus puentes con el nombre de Corazón partío, como para refrendar el origen de uno de sus más insignes vecinos.
De ese retorno surge la necesidad de “recuperar la sensación que tenía cuando hacía los primeros discos con lo que he aprendido en estos 30 años y con esa mezcla provocar emociones y conectar emocionalmente con otras personas que es el objetivo del arte”.
Letra y melodía se fueron gestando en medio de la pandemia como un antídoto al confinamiento. “Esta pandemia me ha dado la oportunidad de sentarme y “perder” todo el tiempo del mundo en hacer el disco que quería hacer, cuidando cada detalle, haciendo que todas las canciones tengan una sola voz, que los sonidos análogos y digitales formen una comunión y que todo eso diga algo al final”.
Aunque son más de 30 años haciendo música en los que ha vendido más de 25 millones de discos, Sanz admite que uno de los mayores desafíos es enfrentarse al papel en blanco y que “es muy desafiante tener las melodías de una canción a la que hay que ponerle letra”.
En el disco también hay espacio para las excepciones y es la primera vez que Sanz graba una canción que no es de su autoría, refiriéndose a Y ya te quería. “Manuel Alejandro es mi padrino de nacimiento y hace dos años que nos volvimos a encontrar me dio esta canción que es una belleza y fue un regalo por nuestro encuentro y no pude dejarla fuera del disco”, explica.
Otra excepción es La Rosa, una canción que nace de un estribillo escrito por Paco de Lucía y que Sanz lo terminó de convertir en canción. “Era tener la oportunidad de tenerlo de nuevo a mi lado en una canción después de que nos dejara”.
Después de presentarse en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 representando a Europa y a la comunidad de habla hispana y develar su propia estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood, ‘Sanz’ es el colofón perfecto para un artista que vive a su propio ritmo, mirando al pasado solo para tomar impulso.
“Es verdad que allí están todos esos reconocimientos, pero también es verdad que han sido 30 años de muchísimo trabajo. La ilusión y la pasión son los motores de la vida y eso es lo que he aprendido en este trayecto”, sentencia el artista que espera volver a vivir la experiencia de los conciertos y reencontrarse con su público en América Latina.