Javier Neira lleva la música en las venas; es parte de su ADN. Canta desde que era guagua. La primera vez que tomó un micrófono fue a los 5 años. Era de plástico y se lo regaló su padre.
Encerrado en el estudio de su casa, en Cuenca, imaginaba presentarse ante decenas de personas. Se emocionaba.
La fantasía se convirtió en realidad después de que un profesor de la escuela La Salle descubriera su talento y lo invitara al coro, y luego a numerosas presentaciones. A los 7 años interpretaba temas de diferentes géneros. “Recuerdo que me llegué a vestir de charro”.
Actualmente, el ‘plato fuerte’ de Neira es la música urbana, pero como hace 19 años disfruta de las baladas, de la bachata, de las rancheras, de la salsa. No se encasilla. Goza con todos los sonidos; todos le erizan la piel, despiertan emociones.
Su último tema se titula Despedida (2021) y allí se evidencia ese gusto por la fusión; tiene un toque ranchero-urbano.
Eso sí, independiente del género, este artista ecuatoriano de 26 años presta mucho cuidado a la letra. También es compositor y cree que se puede hablar de sexo, por ejemplo, sin insultar a las mujeres. “No quisiera que mis hijos, cuando los tenga, me pregunten por qué utilice ciertas palabras”.
Al momento, Neira ha lanzado alrededor de 20 temas. Uno de los más exitosos se llama No tengas miedo (2016). Ese sonó con fuerza en las diferentes estaciones de radio de Canadá.
La acogida motivó una gira de tres conciertos en dicho país, donde recibió el premio Liderazgo Latino como Artista Internacional urbano del año.