Las columnas de tangán son el atractivo del cantón Sigchos

Adam Page y Michelle Keplinger escalaron una de las rutas de las columnas de Sigchos. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.

Adam Page y Michelle Keplinger escalaron una de las rutas de las columnas de Sigchos. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.

Adam Page y Michelle Keplinger escalaron una de las rutas de las columnas de Sigchos. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.

Una enorme columna de basalto se encuentra en la finca Tangán Chico de propiedad de Ramiro Uribe. La estructura rocosa está rodeada de vegetación nativa, cascadas y pastizales, en el noroccidente del cantón Sigchos, en Cotopaxi.

En este espacio se practica la escalada tradicional, pesca deportiva, caminatas, acampar o el avistamiento de aves. Otra de las actividades que realizan son rituales de medicina ancestral y el ritual del temazcal o baños de vapor.

Las ceremonias de sanación se efectúan cerca de la pared y permiten a los asistentes eliminar los temores, dolencias y malas acciones. Los yachaks de México, Ecuador, Perú y Bolivia son los encargados de dirigir la ceremonia.

“Para estos eventos contamos con el apoyo de los vecinos que nos venden sus habas, choclos, papas y otros productos. Además, ofrecen caballos o mulas para que los turistas se paseen”, indicó Uribe.

Uno de los ingresos a la propiedad de 300 hectáreas es por la comunidad Cerro Azul. Los viajeros pueden encargar sus vehículos en una de las propiedades de la parte alta de la loma de Tangán. Los vecinos cobran USD 1 por cuidar los autos.

El viajero debe descender por un chaquiñán donde se observa la vegetación, montañas y cascadas de la zona. El trayecto dura alrededor de 20 o 30 minutos. Otra de las entradas a la finca es por la represa Hidrosigchos, que recoge las aguas del río Toachi. Los viajeros deben atravesar el bosque húmedo montano con la ayuda de un guía.

La caminata tiene una duración de tres a cinco horas. Todo depende del estado físico del aventurero.

Washington Ayala y Raúl Robalino lideraron la caminata de 24 jóvenes del club de andinismo del Colegio Mejía de Quito, el sábado pasado (10 de noviembre del 2018).

Los chicos cargaron en sus espaldas mochilas con ropa, botellas con agua, carpas y tiendas para dormir. La travesía les tomó cuatro horas.

“En la caminata se observaron varios tipos de especies de plantas y arboles de olivo, cedro, sangre de drago, tangaré y guarumo. También había orquídeas”, aseguró Ayala.

Uribe y su esposa Mariana Artos los recibieron en su pequeña finca. En un espacio de la casa colocaron bancas y camas para que puedan descansar; además de brindarles un vaso con jugo de limón. Desde el patio o las ventanas de la casa se observan las Columnas de Tangán y para llegar se debe caminar 20 minutos.

El escalador Felipe Proaño indica que hay 57 rutas para escalar desde 10 y 28 metros. La técnica que se utiliza es la de escalada tradicional.

“Es la mejor pared para escalar que tiene el Ecuador. El paraje es maravilloso porque está rodeado del bosque”.

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