‘Desafiantes’ (Challengers) es la última película del director Luca Guadagnino. El cineasta italiano, ya había hecho sentir su presencia con la adaptación de ‘Suspiria’ (2018) y con ‘Call Me By Your Name‘ (2017) y aunque ‘Bones and All‘ (2022) no se acercó al impacto de las anteriores, su nuevo filme despertó el interés de muchos.
Por un lado, gracias a la aparición de Zendaya, que continúa afirmándose como una de las grandes estrellas del momento, y por el otro, las imágenes promocionales que ya destilaban algo del sex appeal que veríamos en pantalla.
‘Desafiantes’ hace por el sudor, lo que Barbie hizo por el color rosa. El guion de Justin Kuritzkes tiene un pie firme en el melodrama utilizando uno de los recursos más tradicionales, un triángulo amoroso. Pero Guadagnino pone el otro pie en la intensidad, mezclando una especie de comercial de bronceador y película deportiva con toques humorísticos, a la vez que la impregna de una picante coquetería.
El triángulo de la historia
Ahora lo convencional en este tipo de historias podría describirse como un triángulo isósceles, con dos lados iguales y uno desigual. Esto suele dar como resultado una historia predecible. Es decir, sabemos que nuestro protagonista acabará con la chica, ya que su ‘su rival’, suele ser pintado como un villano o como un obstáculo a superar.
Los mejores ejemplos de triángulos amorosos se inclinan por un triángulo equilátero. El reto aquí es encontrar la química entre los 3 personajes. Y es que no solo debe ser creíble que dos de ellos podrían terminar juntos, debe ser creíble que ninguno de los tres quiera perder a los otros dos. Y química es lo que el elenco derrocha.
Mientras Guadagnino se asegura de retratar sus cuerpos cubiertos de la justa cantidad de sudor, también retrata momentos que delatan el magnetismo entre uno y otro, así como los instantes que más impactan en ellos.
Así nos regala este ir y venir, propio de un partido de tenis. Hay intercambios de miradas y gestos, mientras algún personaje quiere ganar un punto, otros claramente buscan ganar el set.
Zendaya anota los puntos
Zendaya interpreta a Tashi, la punta de este triángulo, una joven promesa del tenis que, tras una grave lesión, se ve obligada a retirarse y decide inclinarse por el rol de entrenadora. La antigua estrella de Disney brilla en la faceta juvenil del personaje, algo esperable considerando sus papeles pasados, pero brilla aún más con la versión adulta.
Al mismo tiempo, Zendaya logra retratar la naturaleza obsesiva que impulsa a Tashi y una amargura, una frustración al sentirse incapaz de disfrutar los momentos de éxtasis que, de manera efímera, conseguía al jugar.
Los dos lados restantes de este triángulo son Art Donaldson, interpretado por Mike Faist, y Patrick Zweig, interpretado por Josh O’Connor. Pareja de amigos que por años han compartido un poco más que anécdotas y que se ven enfrentados con su interés por Tashi.
Esta amistad se ve fracturada en su adultez. Distancia, tiempo y heridas sin sanar definen este alejamiento. Y cuando Donaldson participa en un torneo challenger de tenis, en el cual llega a la final, se termina encontrando con Zweig.
Faist captura una cierta sensibilidad en su personaje, tiende a ser callado sin ser introvertido, es más un reflejo de su actitud metódica. Art Donaldson es un jugador de puntos largos, no es difícil imaginarlo como un tenista de cinco sets o de tie breaks extensos y esto se nota en su aproximación a Tashi.
En un comienzo es sutil, prefiere observar y escuchar. Tienen que pasar algunos años para que haga su ‘jugada’ y todavía más tiempo para enamorarla. Josh O’Connor tiene un reto peculiar. En una película convencional, su personaje sería nuestro héroe. Después de todo en la final del challenger, Patrick Zweig es el underdog y su performance aborda elementos propios de este arquetipo, su tarjeta de crédito es rechazada, duerme en su carro, no ha comido y le tienen que regalar la comida.
Sin embargo, Zweig no es el pobre atleta que no ha sido descubierto. Está en sus treintas y es parte de una familia adinerada, cuenta con un colchón de apoyo que elige no usar por orgullo. Después de todo su encanto, su arma principal, maquilla sus intenciones.
La estructura del juego
La historia es contada con varios saltos de tiempo. Pasamos del presente y la intensa final del challenger, al pasado y caluroso desarrollo de la relación entre nuestros tres protagonistas. En el filme hay pequeños intervalos que revelan la complejidad de cada relación, así como los baches que han superado o que parecería no han superado, agregando matices a cada posible pareja en este té para tres. Así Guadagnino usa la naturaleza competitiva de sus personajes y la resalta con la música, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, parecería sacada del rave más intenso jamás puesto en escena.
La pulsante música entra sin pedir permiso y convierte momentos de diálogo íntimo en una competición, con cada personaje creyéndose ganador, solo para encontrar otro obstáculo. Donaldson en particular, con su postura casi estoica, poco a poco delata su hambre por motivación. Pide a su esposa que lo amenace con abandonarlo por Zweig para encontrar ese motor que cree haber perdido. Tal vez ignorando que Tashi todavía siente una desmedida atracción por Zweig o explotando esa posibilidad, después de todo, Donaldson juega a ganar el partido, aún si eso significa perder unos cuantos games. Por su parte, Zweig tiene una seguridad en sí mismo, casi envidiable.
Quizá su mayor fortaleza es la que él mismo presume. Se sabe un desgraciado, pero aquellos que abrazan y exudan tal característica a ese nivel, solo ganan o al menos no saben perder.Y es que Desafiantes usa la naturaleza competitiva de estos atletas y las fusiona con la naturaleza obsesiva de la atracción, sea física o emocional. Los constantes deslices e insinuaciones freudianas buscan tocar las fibras pasionales del espectador, y como las mejores provocaciones carnales, la película te deja queriendo más, aun estando satisfecho.
Más críticas:
Director: Luca Guadagnino
Elenco: Zendaya, Mike Faist, Josh O’Connor
Año: 2024
Plataforma: On Demand
Calificación: Muy buena