Agua extraterrestre y los componentes básicos del ADN han sido encontrados entre los contenidos de un raro meteorito que aterrizó en el Reino Unido el año pasado tras un viaje de casi 300 000 años.
El meteorito Winchcombe fue el primero de su tipo que se recuperó en el Reino Unido cuando golpeó la ciudad homónima de Gloucestershire en el 2021.
Su rápida recolección por parte del público y los científicos aseguró que se conservará en condiciones casi prístinas, lo que permitió a los investigadores estudiar el material que ha transportado desde el espacio exterior.
Apoyo a teoría
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances, respalda la sugerencia de que los meteoritos trajeron moléculas importantes a la Tierra que ayudaron a preparar el escenario para la evolución de la vida.
La doctora Ashley King, quien codirigió el estudio y es experta en meteoritos en el Natural History Museum (NHM), dice en un comunicado: “El meteorito de Winchcombe está increíblemente bien conservado y tiene todos los ingredientes que pueden comenzar a crear un entorno adecuado para que evolucione la vida en el interior”.
“La composición de su agua, basada en los isótopos de hidrógeno, es muy similar a la que se ve en los océanos de la Tierra, mientras que los aminoácidos, que se utilizan para construir el ADN, también se encuentran en su interior”.
“Sabemos que no ha sido contaminado, por lo que esta investigación agrega peso a las teorías de que los asteroides carbonosos fueron importantes para traer estas moléculas a la Tierra después de su formación”.
Origen remoto
Si bien el meteorito Winchcombe pudo haber caído a la Tierra en Gloucestershire, sus orígenes se encuentran a más de 300 millones de kilómetros de distancia. La cantidad de cámaras que captaron la caída del meteorito a la Tierra ha permitido a los científicos rastrear su camino de regreso a su lugar de origen en el cinturón de asteroides.
Durante millones de años, el meteorito fue parte de un asteroide más grande que orbitaba entre Marte y Júpiter. Muestra evidencia de haber estado expuesto a los vientos solares del Sol, lo que sugiere que pasó parte de ese tiempo en la superficie del asteroide.
Hace menos de 300 000 años, todo esto cambiaría cuando una colisión en el cinturón de asteroides rompió la roca y arrojó el meteorito al espacio cercano a la Tierra. En el momento de su formación, se estima que pesaba alrededor de 30 kilogramos.
Rápidamente terminó en órbita a unos 116 millones de kilómetros del Sol, que es unas 300 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Descubrimos que no pasó particularmente cerca del Sol en comparación con otros asteroides, explicó King.