Una investigación liderada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), con la participación de la Universidad Complutense (UCM) determinó que la fatiga es un síntoma persistente en personas que han padecido covid-19. Esto, independientemente, de la variante de coronavirus SARS-CoV-2 (wuhan, alfa o delta).
Los investigadores compararon los síntomas al inicio y seis meses después de tres grupos de pacientes infectados con las citadas variantes y que requirieron hospitalización.
“Al mantenerse constante a través de las variantes, puede ser uno de los criterios clínicos clave para la definición de esta enfermedad”, según César Fernández de las Peñas, catedrático del Departamento de Fisioterapia y Terapia Ocupacional de la URJC.
No obstante, y de acuerdo con Fernández de las Peñas, la gran cantidad de síntomas asociados con el SARS-CoV-2 complica establecer un único criterio diagnóstico.
Variante wuhan y delta
Según el estudio publicado en Pathogens, los pacientes infectados con la variante de Wuhan tuvieron de media más síntomas en la fase aguda de la enfermedad que el resto de variantes.
Fiebre, disnea o dificultad para respirar y síntomas gastrointestinales fueron los más comunes, mientras que con la variante delta había más cefalea y anosmia (pérdida de olfato).
Además, y de acuerdo con el investigador, la presencia de anosmia en la variante delta determina que no se debería hablar de una gripalización en el SARSCoV-2:
La investigación contó con un seguimiento telefónico seis meses después. Para llevar a cabo el estudio, los investigadores revisaron los datos de 200 pacientes durante su hospitalización.
A los seis meses del cuadro agudo, se realizaron entrevistas telefónicas para conocer la situación y sintomatología de esas personas tras la hospitalización.
Los infectados con la variante de Wuhan, tenían un mayor número de síntomas persistentes (3 frente a 2 del resto de variantes) y la disnea fue el más frecuente. Los pacientes con delta reportaron más alopecia.