La bioseguridad se refuerza en los centros de belleza y spas

La toma de temperatura y el uso de un domo para tratamientos faciales son medidas tomadas por The Glam

La toma de temperatura y el uso de un domo para tratamientos faciales son medidas tomadas por The Glam

La toma de temperatura y el uso de un domo para tratamientos faciales son medidas tomadas por The Glam. Foto: Cortesía The Glam Lounge Spa

Las estéticas, spas y centros de belleza funcionan desde que Quito pasó al semáforo amarillo. Para su reapertura se reforzaron las medidas de bioseguridad. Algunas novedades en estos espacios son la obligatoriedad de ropa y cobertores descartables y la eliminación de algunos tratamientos.

“Los profesionales de la estética y peluquería recibimos a lo largo de nuestra carrera medidas de bioseguridad. Ahora se han incrementado cosas, pero tenemos esa capacitación”, dice Berenice Benalcázar, técnica en estética integral y directora de la estética Skin & Beauty.

La experta indica que ahora se trabaja solo bajo cita y nunca hay más de una persona en la sala de espera. A la llegada del cliente, se desinfecta su ropa, se le pide que se lave las manos y se le proporciona el kit de bioseguridad descartable, que incluye gorro, bata y zapatos. La atención es provista por una profesional que viste gorro, gafas, cubrebocas quirúrgico y guantes de nitrilo.

Una vez que la sesión finaliza, se retiran los protectores descartables y se desinfectan la camilla y los instrumentos con alcohol de volumen superior a 80%. La cabina no se usa por al menos media hora.

En Suávitas Depilación Definitiva, además de las medidas antes mencionadas se realiza la desinfección de los clientes con una vaporización de alcohol a 80°. Mercé Durán, directora del centro, asegura que es la forma más eficiente para eliminar el nuevo coronavirus. Además, este líquido no causa efectos en la salud.

Al ingreso también se entrega una mascarilla con capas antifluidos a las pacientes. Durán tomó esta decisión debido a que muchas personas llevan mascarillas poco seguras o estas podrían estar contaminadas. “Nos protegemos y protegemos a nuestros pacientes”, asegura la experta.

Una medida que Durán cree que se debe adoptar en los establecimientos, no solo estéticos, es colocar la ficha técnica junto a los dispensadores de alcohol, para que así los usuarios estén seguros de que el producto tiene los requerimientos necesarios para la desinfección.

En Suávitas, además, no se están realizando procedimientos en rostro, pues se topa mucosas, una zona de contagio.

En The Glam Lounge Spa también se han tomado algunas de las medidas antes mencionadas. Para realizar procedimientos faciales seguros para el paciente y la terapista se implementó un domo que separa a ambas personas.

En este spa se eliminó la oferta de masajes boca abajo. “Usamos un velo para cada paciente, pero pensamos que es mejor evitar el contacto de las mucosas con la camilla”, señala Diana Kwon, dueña del establecimiento. También se desinfecta la cabina después de ser usada por cada cliente.

En este centro, cada 15 días se realizan pruebas IgG IgM a las terapistas. El registro de los resultados está disponible en la recepción. En general, las expertas aconsejan evitar lugares donde no se respete el aforo, no haya procesos de desinfección y no se evidencie el refuerzo de medidas en el personal y en el aseo del espacio.

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