Más de un centenar de propietarios de coches históricos se movilizaron el sábado 11 de enero del 2020 por el centro de Barcelona contra el veto circulatorio que les impone la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que entró en vigor el 1 de enero del 2020. Foto: EFE
El Ayuntamiento de la ciudad española de Barcelona declaró este miércoles 15 de enero del 2020 la emergencia climática e invertirá USD 627 millones hasta 2025 en un centenar de medidas para reducir las emisiones de CO2 a tres millones anuales en 2030.
“Es un compromiso firme en la defensa de la vida de la ciudad”, resaltó este miércoles la alcaldesa, la izquierdista Ada Colau, tras firmar el decreto de emergencia climática, que se acompaña con 103 medidas para los diez años próximos con el objetivo de bajar esas emisiones en dos millones de toneladas.
Esas disposiciones, a las que han contribuido más de 200 entidades, se añaden a las intensas políticas anticontaminantes que ya aplica el Ayuntamiento barcelonés, como la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de tráfico desde el 1 de enero de este mismo año y también alguna propuesta polémica que no depende de las competencias municipales.
Colau planteó recientemente que se suprima el enlace aéreo entre Barcelona y Madrid (500 kilómetros de distancia en línea recta), ya que están conectadas por un tren eléctrico de alta velocidad, pero algunas organizaciones empresariales le pidieron “prudencia”.
En una entrevista radiofónica, la alcaldesa aseguró este miércoles que los miembros del gobierno municipal y el personal del Ayuntamiento dejarán de hacer trayectos cortos en avión cuando haya una alternativa ferroviaria de menos de siete horas.
Cartel de protesta en uno de los vehículos que participa junto a más de un centenar de coches históricos cuyos propietarios se movilizaron contra el veto circulatorio que les impone la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Foto: EFE
Restricciones de tráfico
Las autoridades barcelonesas prohíben ya la circulación de los automóviles y motos más contaminantes (los más antiguos) en una superficie de más de 95 kilómetros cuadrados para evitar que unos 50 000 vehículos entren diariamente en la ciudad de lunes a viernes.
La ZBE es “un primer paso”, según el Ayuntamiento, que no descarta que se amplíen las restricciones a otros vehículos.
Para bajar las emisiones hasta 2030, se calcula que 550 000 toneladas se podrán reducir con esa disminución de la circulación; hasta 450 000 toneladas, con medidas de eficiencia energética residencial y de edificios, y 200 000, gracias al fomento de las energías renovables.
Otras 178 000 toneladas de CO2 se disminuirán en grandes infraestructuras (puerto y aeropuerto) y 153 000 con la recogida selectiva de residuos por medio de sistemas individualizados en toda la ciudad, tanto en el ámbito doméstico como el comercial.
En salud y consumo, la declaración prevé, entre otras cosas, implantar y promover dietas con menos carne roja en las escuelas, abrir un mercado mayorista de alimentos frescos ecológicos y un centro de reaprovechamiento alimentario en el mercado mayorista Mercabarna en 2021.
Barcelona está “escogiendo el camino correcto”, según Colau, quien pidió a las administraciones “estar a la altura” en el “objetivo compartido de reducir las emisiones” contra esta “amenaza global”.