‘Aquellos que desean mi muerte’ es una historia de supervivencia, que toma elementos del suspense, el drama y la acción.
Con casi cuatro décadas de trayectoria cinematográfica, Angelina Jolie es una actriz que domina los perfiles de heroína y villana. ‘Aquellos que desean mi muerte’ es un filme que llega a la cartelera esta semana, en la que la oscarizada intérprete demuestra que también sabe maniobrar en esa ambigua zona entre la luz y la oscuridad.
Taylor Sheridan, nominado al Oscar por ‘Comanchería’, dirige y también coescribe el guion que pone a Jolie como la protagonista de una cinta que juega a tres bandas entre el suspenso, la acción y el drama.
La cinta presenta a Jolie en el papel de Hanna, una bombero paracaidista de Montana, en Estados Unidos. Ella, la única mujer en un equipo masculino, sabe imponer su carácter y su desenfadado sentido humor. Al mismo tiempo, se ahoga en el remordimiento por la pérdida de tres vidas que no pudo salvar de un incendio forestal que se salió de control.
Creyéndose culpable, busca expiación en el autoexilio, confinándose en un puesto de vigilancia en una aislada torre en medio del bosque.
Del otro lado del país, en Florida, un fiscal de distrito es asesinado junto con su familia en un brutal atentado. La noticia asusta a Owen (Jake Weber), un perito contable que descubrió una red de corrupción en los más altos niveles del gobierno.
Sin pensarlo dos veces, el viudo funcionario toma a su hijo preadolescente Connor (Finn Little) y huyen de la ciudad a toda prisa con la certeza de que serán las siguientes víctimas.
Hechas las presentaciones, el guionista-director hace que el destino del contador forense, su hijo y la bombero paracaidista se entrelacen fatídicamente. En busca de un lugar seguro, Owen y su hijo son emboscados por dos asesinos a sueldo, en Montana.
El joven Connor sobrevive al ataque y huye hacia el bosque hasta encontrarse con la sufrida Hanna. Con la orden de no dejar cabos sueltos, los mercenarios emprenden una despiadada cacería a través de la boscosa geografía de Montana.
El director aprovecha la noche y un escenario imprevisible para darle al filme un tono de suspenso en medio del drama de supervivencia, que va y viene según los cazadores se acercan o se alejan de sus ‘presas’. Estas sensaciones quedan remarcadas por una discreta, pero eficaz banda sonora.
Para incrementar la tensión, Hanna y el joven Connor se ven atrapados entre los cañones de las armas que empuñan sus perseguidores y las llamas de un feroz incendio, que se expande incontrolablemente, con efectos que apuestan por el realismo más que por el espectáculo. La premisa es demostrar que la naturaleza puede ser tan cruel como el hombre.
La frialdad de los sicarios se transforma en rabia, provocada por la frustración de un ‘trabajo’ mal ejecutado, y termina en desesperación por acabar con la misión. Sus métodos son crueles y violentos y el director utiliza ese rasgo, bien expuesto por Nicholas Hoult y Aidan Guillen para montar violentas escenas de acción. Del otro lado, Hanna y Connor enfrentan sus propios traumas de una manera intempestiva. Físicamente, Jolie ya no muestra la misma agilidad que su mejor versión de Tomb Raider, pero lo compensa con una actitud imponente. Ella no quiere perder a otro inocente en su turno, él no quiere volver a ver a alguien morir frente a sus ojos. Ambos quieren sobrevivir y tendrán que utilizar su instinto y confianza para hacerlo.