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La larga visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump por varios países de Asia tuvo una constante: Corea del Norte.
En una mañana fría de Pamplona, en 1996 (donde casi todas las mañanas, las tardes y las noches eran frías) escuché un programa radial. Se trataba de las tertulias de Radio Nacional con la inteligente, ocurrida e ilustrada participación como tertuliano de Luis Carandell. Él, un curtido periodista de oficio que incursionó con versatilidad en radio, prensa y televisión, había paseado por el mundo como corresponsal en Israel, Japón, Egipto o la Unión Soviética, entre otros destinos, y escribió en diarios de la fama de El País, hasta el día de su muerte, y varios diarios catalanes. (A propósito, me gustaría saber como Carandell escribiría el epitafio político de algún dirigente de su tierra, Barcelona, tras la declaración de independencia, su destitución y su viaje a Bélgica, que acoge a más de un insepulto.
El desenlace de un momento crítico de la crisis de Cataluña llegó en serie de sucesivos acontecimientos.
El hombre más poderoso de la era kirchnerista está preso. Julio De Vido acumuló poder a la sombra de Néstor Kirchner y lo extendió durante el mandato presidencial de su viuda.
A las puertas de las elecciones parciales en Argentina de este domingo la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que corre para el senado, no estaría en la posición estelar.
Ni el 2 de abril ni el 24 de mayo, conociendo los resultados de la elección y a la vista de la posesión, casi nadie hubiese imaginado el ritmo de los tiempos al que el país asiste.
La cuestión de Cataluña y el afán de separarse del Estado español expresada por parte de su población es tema complejo, causa tensión.
Las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) dan un paso. Por primera vez en ocho años largos el esfuerzo rinde sus primeros frutos. El alto el fuego se inicia hoy y en su primera etapa llegará hasta el 9 de enero. Se aspira a su prolongación y al cese definitivo de hostilidades.
La noticia en Colombia alrededor del homenaje que rindieron los militantes del grupo político Fuerzas Armadas Revolucionarias del Común, provocó mucho para hablar.
Quizá es el peor momento para reflexionar sobre el dilema que muchos se plantean de modo ingenuo asociando los males del balompié a los de la patria y los colores a los sueños.
Con las banderas del cambio y la revolución, llegaron al poder hace una década una serie de grupos cobijados por el color verde flex. Era la combinación del ‘pantone’ más efectivo que los expertos en publicidad extrajeron de las campañas más impactante.
Tiempos revueltos. Recién apareció un vídeo con una proclama de ‘reconquistar’ la España musulmana. El que amenaza es un joven de 22 años nacido en Córdoba, ciudad española, andaluza, donde los moros instauraron su califato. Y el dominio duró 800 años.
La paranoia se acrecienta. El mundo vive a saltos entre las amenazas terroristas y la pérdida de libertades.
Mientras el caos social y económico continúa en Venezuela la Asamblea Constituyente plenipotenciaria, considerada espuria por la oposición y varios países, anula a la Asamblea Nacional.
Entre admirado y disgustado, el Presidente conocía la noticia de la poca preparación de los conductores no profesionales: Aquellos que portan licencia ‘sportman’.
Algún despistado pensará en dos congestionadas avenidas del centro norte de Quito.
Mientras el país asiste todavía perplejo a la comprensión del problema económico, la ruptura en la cúpula del poder, enceguece.
El país asiste a una puesta en escena de una práctica política y un talante que olvidamos entre la violenta polarización y la visión excluyente.
La semana que terminó marcó en el calendario el aniversario de la revolución popular sandinista. El 19 de julio de 1979 las fuerzas insurrectas lideradas por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, derrocaron al dictador Anastasio Somoza.
La orden llegó de arriba, del cielo, o, quizá de ultramar. El bloque legislativo de Alianza País tomó un derrotero y los cinco miembros verdes del CAL, actuaron en consecuencia.