Los camarones al ajillo en una receta del chef Byron Revelo. Foto: Ana Belén Veintimilla/ Sabores
Quizás exista un centenar de recetas que lleven el mismo nombre: Camarones al ajillo, o gambas si se usa el argot de España. En esta propuesta del chef Bryon Revelo, profesor de gastronomía en la Universidad de las Américas (UDLA), los camarones al ajillo resultan más prácticos que cualquier comida rápida. No demoran más de 10 minutos en su preparación y llevan brandy, un ingrediente que entrega a la comida un sabor acaramelado sin llegar a ser empalagoso.
En el caso de no contar con esta bebida en la alacena, no es necesario tachar la receta de la lista. Este licor se puede reemplazar fácilmente con vino blanco. El sabor no tendrá la sensación dulce pero el vino añadirá su propio gusto a la mezcla.
El brandy es una bebida espirituosa que se produce del destilado de vino. En contacto con los camarones, el licor se absorbe y deja una salsa que toma un color más oscuro. Esta no es la única clave para unos camarones al ajillo que saquen de apuros y asombren a los invitados. Revelo señala que las hojas de laurel ayudan a aromatizar el aceite en que se cocinan los camarones y por tanto éstos adquieren un sabor más complejo que mezcla el licor, lo herbal y por supuesto el ajo.
El chef recomienda cortar el ajo fresco en láminas delgadas, lo que permite que emanen su sabor en el aceite. Es necesario estar pendiente de estas láminas puesto que su delgadez provocan que se cocinen rápidamente. Una vez que empiecen a dorarse es mejor retirarlas, para que no dejen rastro de tonos quemados en el sartén.
Una vez que el aceite esté caliente y aromatizado, se añaden los camarones, los cuales deben permanecer en calor hasta cambiar de color. Así se evitará que se resequen o se endurezcan.
Receta de Camarones al ajillo:
1.- Calentar el aceite de oliva en un sartén
2.- Colocar las láminas de ajo en el aceite
3.- Añadir los camarones pelados y limpios.
4.- Añadir una hoja de laurel a la mezcla.
5.- Dejar que se doren los camarones por un lado y darles la vuelta.
6.- Agregar un poco de brandy (o vino blanco).
7.- Salpimentar… ¡y listo!