La atmósfera política marca el tiempo de la transición. Digamos que en esta época de cambio climático, vislumbrar si el invierno llega o solo amenaza ya es toda una señal del oráculo.
Hoy se debe conformar el nuevo Consejo Nacional Electoral. El ente transitorio ha efectuado su tarea y tendremos un máximo organismo del sufragio que podrá dar la línea de partida hacia las elecciones 2019.
La buena noticia es que no se tratará de un organismo obediente de un solo poder y la diversidad que puede expresar siempre será una buena noticia. La ironía de la revolución ciudadana y su discurso propagandístico le vendió al país una guerra a muerte contra la ‘partidocracia’ pero construyó un poder vertical no deliberante.
De ahora en adelante los nuevos vocales tienen una tarea de fumigación indispensable. Hay que desterrar los vicios secretos de los manejos turbios, dotarle al país de un sistema electoral limpio, con tecnología de punta blindada de los hackeos y derrumbar todas aquellas ‘paredes que oyen’.
Luego llegará la convocatoria a elecciones. En el último tramo de diciembre, la inscripción de candidatos a prefectos, alcaldes y concejales. Que sea una elección limpia, una contienda de propuestas.
Mientras, otra tarea urgente en el reloj de la transición es la conformación de la Corte Constitucional. De los nombres que enviaron las funciones del Estado hay algunos muy valiosos y otros muy desconocidos.
Pero la comisión de selección es confiable y debemos esperar que se nombre a los mejores y más preparados, con una sola agenda, el respeto de la ley y un concepto claro de la libertad expresada en el cumplimiento de la norma constitucional.
La sorpresa de la semana es la prematura renuncia del Fiscal Pérez Reina. Mientras se aclaran las verdaderas razones de su excusa, la subrogación debe ser prudente pero no debiera detener procesos ante una sensación de vértigo de una opinión púbica ávida de justicia pero que ha visto que el cronómetro de la cirugía mayor se ha retardado de modo desesperante.
El país demanda justicia, nunca venganza. Aunque algunos la prefieran.
Allí está uno de los grandes retos del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio en este tramo final del encargo que emanó de la consulta popular. Hay que cerrar bien la etapa de nombramientos con un Fiscal General dispuesto a trabajar de modo minucioso y sin descanso, sin doblegarse a presiones de ningún tipo, con sólida formación jurídica y con madurez y conocimientos académicos, cuya acción pueda traer paz y sosiego al país y trabajar en pro del esclarecimiento de tantos temas represados a fin de limpiar la casa luego de unos de los períodos más siniestros de interferencia del poder concentrado en la justicia – mediante la metida de manos – y una corrupción que la opinión pública piensa que fue generalizada.
Juicios justos, causas expeditas que una transición ordenada y patriótica no debe dejar como cabos sueltos.