Siempre nos faltarán 3

En la madrugada del 26 de marzo del 2018, en los chats de periodistas de EL COMERCIO, saltó un mensaje. En estos tiempos, recibir un whastapp en la madrugada no causa alarma como sí lo puede ser una llamada telefónica. Pero el contenido desencadenó una ola de incertidumbre: tres periodistas habían sido secuestrados en la frontera norte.

La víspera, el redactor Javier Ortega, el fotógrafo, Paúl Rivas, y el conductor Efraín Segarra, viajaron hacia Esmeraldas. Tenían un objetivo: contar las historias de la población de San Lorenzo y los alrededores que estaban bajo amenaza de las organizaciones narcoguerrilleras. Había ataques con explosivos a los cuarteles policiales.

Pero aquella madrugada, cuando aún no se conocían oficialmente los nombres de quiénes eran los secuestrados, en la redacción se comenzó a temer por nuestros tres compañeros.

Fueron a esa zona porque es territorio ecuatoriano, porque todo ciudadano tiene derecho a recorrer libremente su país y porque en ellos había esa pasión propia de periodistas: contar lo que ocurre.

Había una verdad dolorosa que querían contar. Luego, se supo, fueron asesinados. Y es uno de los tantos casos que quedan en la impunidad. Y los ofrecimientos desde el Estado para esclarecer los hechos han sido en vano.

No solo para EL COMERCIO sino para todo el periodismo ecuatoriano, siempre "nos faltarán tres". Es una memoria dolorosa pero que dejó una verdad: la redacción que nunca se cansa sigue acá, a pesar de los pesares, tratando de llevar las historias que el país merece conocer.

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