El valor de los seguros

Una de las lecciones de los sismos que sacudieron a una parte significativa de la Costa es la importancia de los seguros.

Los datos dicen que la mayoría de la población no tiene póliza. Se trata de un problema de recursos o de falta de conciencia. Es una manera de eludir el riesgo ignorándolo o suponiendo que esa ‘lotería’ jamás habrá de caer en casa.

La realidad nos obliga a reconocer el auténtico valor de tener los bienes, la salud y la propia vida, asegurados.

La obra pública se destruyó especialmente en algunos tramos de las carreteras y hasta hospitales. El Estado tiene la obligación de contratar seguros. Las autoridades de la comisión legislativa que trata la aprobación de nuevos tributos pidieron la comparecencia de la aseguradora oficial. Los responsables han dicho que esas obras tienen cobertura. Además cuentan con reaseguros internacionales, una pirámide en la que descansa el sistema de aseguramiento a nivel mundial. En buena hora.

En el sector privado se destruyeron bienes de valor: casas, edificios, equipos y maquinaria, enseres de miles de ecuatorianos. Pocos están asegurados.

En un país donde los terremotos, las erupciones volcánicas, las inundaciones y los deslaves son moneda común y recurrente es menester generar una cultura del ahorro futuro y la prevención. En un sistema confiable de seguros que sepa responder con prontitud.

El aseguramiento es parte de la prosperidad de nuestras familias y de las finanzas públicas.

Suplementos digitales