Los resultados electorales en Argentina dan cuenta de un triunfo contundente e histórico de Cristina Fernández de Kirchner para su segundo mandato presidencial, que además es el tercero en seguidilla del período kirchnerista cuya primera etapa estuvo a cargo de su esposo. Su fallecimiento, el año pasado, se cuenta entre las razones que despertaron una ola de apoyo popular a la actual Presidenta.
Pero el triunfo de Cristina Fernández se sustenta también en razones más sólidas como el éxito basado en la expansión económica, los planes sociales generosos, la protección a la industria y los subsidios a energía y transporte.
Esta política se basa en los precios internacionales de los productos exportables que podrían llevar a Argentina a un crecimiento cercano al 8% este año, pero también podría ser el talón de Aquiles del segundo mandato, según advierten analistas preocupados por la sostenibilidad del modelo, frente a la posible reversión de la expansión a causa de la crisis financiera global.
Fernández tiene entre sus desafíos hacer los correctivos económicos necesarios en los próximos meses, y para eso ya ha insinuado la necesidad de sacrificios sectoriales.
Como fuera, el triunfo ha llegado acompañado de la recuperación del Congreso, en función de alianzas que le darán el número suficiente de votos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. El oficialismo controlará también la mayoría de las 24 unidades políticas del país.
Pocos parecen ser los riesgos políticos para el siguiente mandato: la oposición está disminuida y la mayor acechanza proviene del propio peronismo, pues como no es posible una segunda reelección habrá un proceso interno para buscar al sucesor de Cristina Fernández.
Esta nueva etapa requerirá de realismo y concertación.