El primer semestre de funcionamiento del nuevo aeropuerto concluye con una evaluación que muestra deficiencias en varios aspectos. La mayoría tiene que ver con las facilidades para los usuarios de la terminal -poca accesibilidad peatonal en las afueras, altos costos de la comida, falta de servicios complementarios-, pero también con la infraestructura vial incompleta para acceder al aeropuerto.
La operación en Tababela arroja en el semestre un aumento de 921 000 a 987 000 pasajeros internacionales y una disminución de 1 700 000 a 1 600 000 pasajeros nacionales, explicada en buena medida por el tiempo que se emplea en llegar y salir de la terminal y que ha obligado a los usuarios a buscar alternativas.
Si los cronogramas se cumplen, el tema vial será resuelto plenamente hasta inicios del segundo semestre del 2014. En cuanto a las dificultades para los usuarios, las autoridades han explicado que éstas se deben a que el diseño en el cual se basó la construcción era funcional para el 2007, cuando se calculaba que el flujo de pasajeros sería de 5 000 000 al año. Esta previsión está rebasada y se hace necesario emprender una nueva fase.
El Municipio está pendiente de que la concesionaria inicie cuanto antes las obras destinadas a ampliar la capacidad de la terminal para atender mejor a los pasajeros, lo cual, a la vista de las circunstancias, se vuelve una necesidad ineludible para la capital ecuatoriana.