Los médicos, personal de enfermeras y auxiliares del Hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de la capital, anunciaron su voluntad de renunciar si se aprueba el Código Penal Integral y entran en vigencia los capítulos que penalizan la mala práctica profesional. 150 profesionales de la salud sorprendieron a los pacientes de este nosocomio, parte del Ministerio de Salud Pública, al señalar la medida y exteriorizar su protesta.
El anuncio de una renuncia, si llega a entrar en vigor la norma, es parte de una larga ola de descontento por parte de los médicos frente a la normativa propuesta sobre la mala práctica médica.
La mayoría de Alianza País y sus aliados, que aprobó en un debate presuroso en el Pleno de la Asamblea largos bloques del Código, conocen el malestar de los galenos. Los médicos argumentan que ninguna persona se prepara en una profesión sacrificada para causar daño al prójimo. Por el contrario, es una actividad que demanda vocación. Por ello, dicen, contemplar penas como si de un delito doloso se tratase, no cabe. También resienten de la prohibición de continuar ejerciendo la profesión en un tiempo igual a la mitad de la pena impuesta, una vez cumplida la sentencia.
Es un tema que divide a la sociedad, puesto que hay personas que piensan que se deben aplicar normas duras, mientras otros las consideran exageradas. Una de las tantas polarizaciones que ha provocado este Código Penal.