La participación e influencia de empresas de la República Popular China en la gestión del país, y concretamente en el área energética, tiende a acrecentarse. Transelectric, entidad estatal encargada del Sistema Nacional Interconectado, que es responsable de toda la red de fluido eléctrico del país, toma en cuenta para el proceso de adjudicación directa a 13 empresas chinas, de un total de 15 firmas estatales invitadas a participar (las otras son de Brasil y Colombia).
Resulta que las empresas chinas son todas, sin excepción, pertenecientes al Estado chino, en un país con economía central planificada y partido único, cuyo espectro se maneja desde el poder político.
Las especificaciones técnicas de la obra, constantes en el llamado a participar en el contrato, suponen una línea de transmisión de 500 kilovatios para incorporar al sistema nacional interconectado toda la energía del gigantesco proyecto de generación hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair (nororiente).
Adicionalmente la convocatoria debe contemplar un sistema en el sur del país para interconectar al proyecto Sopladora, que debe aportar 230 kilovatios a la capacidad eléctrica nacional. El costo total de la obra será, según las bases, de USD 440 millones. Se soporta jurídicamente en la Ley de Contratación Pública que facilita que las empresas estatales puedan firmar este tipo de contratos sin procedimientos de licitación.
Una de las exigencias para participar es que las empresas deben aportar con un 75% del financiamiento, mientras el 25% restante lo pondrá el Estado ecuatoriano. Todo este paquete, una vez más, entraña un nuevo paso en la alianza estratégica de los gobiernos de Ecuador y China y profundiza su influencia en el país.