Feriado y cuidados extremos frente al covid-19

Dos realidades en una. La presencia del coronavirus y el feriado por el Día de Difuntos. Los ritos y la salud. Y la urgencia por reactivar el turismo.

El segundo feriado de cuatro días en el 2020 sobreviene cuando la remisión de los números del virus letal todavía no se produce. Hace falta aplicar sumas precauciones.

La primera consideración que se conoció al término de la semana anterior era la recomendación del Comité de Operaciones de Emergencia Nacional para que los cementerios no se abran en este Día de Difuntos.

La sugerencia, como era discrecional, tuvo acogida en 194 cantones del país. Surgieron reacciones de los deudos de los difuntos y otras, de tono religioso, a favor de visitar las tumbas de los seres queridos.

Se juntaron, además, los reclamos de los vendedores de flores en las entradas de los camposantos, que ven su pequeño negocio sucumbir.

La otra contradicción que hay que saber capear es aquella del temor de los contagios, de la relajación ciudadana en el cuidado personal y los datos sobre fiestas clandestinas o encuentros de muchas personas. Son focos riesgosos de contagio.

A ese comportamiento hay que sumar las advertencias en ciudades como Guayaquil, cuyo Cabildo incluso ha extremado cierres de ciertas actividades para evitar un potencial rebrote del coronavirus.

Vuelve al debate público este conflicto entre cuidar la salud y evitar la expansión del virus y una economía que para algunos sectores se va cayendo a pedazos. No hay fórmula.

Si nos miramos en el ejemplo de Europa, la posibilidad de un contagio grande está a la vista. Francia extremó medidas de confinamiento. Alemania vuelve a tomar acciones drásticas. España tiende cercos.

Para actividades como el turismo y la restauración, el feriado es vital. Una actividad deprimida, con miles de cierres de restaurantes durante los días difíciles y hoteles sin pasajeros, puede ir camino a un colapso.

Aprender a vivir con el virus, cuidarnos con mascarillas, distancia e higiene pero tratar de hacer una vida mejor, ciertamente ya nunca normal.