La gestión ante la Unión Europea para que se aceleren tiempos y se trate el Acuerdo Multipartes antes de diciembre es la meta.
El Ministro de Comercio Exterior dice ahora, categóricamente, que no hay Plan B. Hace unas pocas semanas el mismo secretario alentó ese camino.
El final de diciembre es la fecha límite para el Ecuador. Las preferencias arancelarias terminan; ya no hay manera de gestionar la extensión. Solamente si se lograse un nuevo tiempo para preferencias pasarían al menos tres meses, o más, para esa flexibilización.
Sin preferencias los productos ecuatorianos simplemente pierden competitividad. Los vecinos que adelantaron acuerdos a tiempo, mientras los pruritos ideológicos atrasaron las gestiones del Gobierno ecuatoriano hasta la exasperación, podrán colocar sus productos a más bajo precio y disminuir nuestras opciones de seguir exportando en condiciones adecuadas.
La Unión Europea tendrá listas las traducciones hasta el 12 de julio. El Consejo Europeo tratará el tema a partir del 21 de octubre. El Ministro Cassinelli pedirá adelantar esa fecha para ir al Parlamento Europeo, que finaliza sesiones a mediados de diciembre.
Pendemos de un hilo y de la voluntad del Consejo. En Europa preocupan los cupos de automóviles, los licores, los reaseguros y la propiedad intelectual.
A los empresarios nacionales los agobian, a más de la recesión, las sobretasas y las salvaguardias. Así están las cosas, sin Plan B y con fecha límite.