El afecto es importante para tener un perro educado. Foto: Narices Frías.
Las mascotas, al igual que los niños, necesitan guías para comportarse. César Milán, conocido como ‘El Encantador de Perros’, tiene una fórmula para tener canes equilibrados.
Antes de hablar de la fórmula, vale la pena determinar lo que es en realidad una mascota equilibrada. En su blog, lo describe como alguien “tranquilo y sumiso, obediente y de buen comportamiento”. Para lograr esto una mascota debe tener suficiente ejercicio, disciplina y afecto – independientemente de la especie.
Marco Moyón Cárdenas, director de la escuela Buenos Hábitos, concuerda con esta ecuación. “El balance de los animales depende de varios factores y no se puede descuidar ninguno”, explica. Si no recibe suficiente ejercicio, tendrá demasiada energía acumulada y no podrá ser educado ni controlar sus emociones.
“Hacer ejercicio disciplina al perro”, comenta Moyón. Una vez que están cansados y tranquilos tienen más predisposición para aprender. También hay que entender la naturaleza del animal y conocer lo que le gusta hacer.
A los golden retriever, por ejemplo, les gusta el agua, traer cosas, hacer huecos; mientras que un schnauzer gusta de perseguir cosas que se muevan muy rápido y ladrar. Esto también sucede con los canes mestizos, explica Moyón.
Los perros necesitan tiempo para ejercitarse diariamente. Foto: Narices Frías.
“Al 90% de perros les gusta tener algo que hacer, por eso es importante darles un trabajo”, cuenta. El tiempo de ejercicio es fundamental pero debe ser guiado y depende del tamaño del animal. Uno pequeño necesitará alrededor de 30 minutos de actividad, uno mediano debería tener una hora y uno grande dos horas.
Moyón explica que con esto su mascota se vuelve disciplinada, pero siempre y cuando el dueño invierta su tiempo y se lo dedique a la educación de su mascota. Al darle únicamente afecto o disciplina sin ejercicio, el animal no aprenderá.
Es decir, el ejercicio satisface los instintos del animal; la disciplina organiza la mente y el afecto calma y estabiliza los sentimientos.
Para Milán, estas partes de la ecuación crean respeto y fortalecen la relación entre el amo y la mascota. Moyón, por su parte, explica que, además, es importante tener cuidado con el afecto.
“A un perro a veces le basta una caricia, pero son los dueños los que necesitan estar todo el tiempo sobre el animal, abrazándolo”, cuenta. En ocasiones esto puede ser contraproducente pues se elimina todo lo aprendido. “Hay que darles cariño pero no en exceso, para que tengan un balance adecuado”, concluye.