Cuando un juvenil en chancletas veía a Cristian Pellerano en el comedor de la residencia del Independiente del Valle se sentía incómodo. Salía del lugar para regresar con zapatos. Es una anécdota que se cuenta en el Centro de Alto Rendimiento del Independiente del Valle para explicar el respeto que despierta el argentino en el club. Su estatura (1,82 metros), pero sobre todo su experiencia y el liderazgo que ejerce en el equipo, a sus 40 años, son un ejemplo entre los juveniles y sus compañeros del equipo de Primera.
Pellerano es uno de los capitanes y uno de los sobrevivientes del equipo que levantó la Copa Sudamericana en 2019.
Para él, si no hay disciplina en un equipo de fútbol no hay respeto. Su compatriota Richard Schunke (de 30 años) y el ecuatoriano Luis Segovia (24) son los otros sobrevivientes del equipo que conquistó el torneo internacional, de la mano del entrenador español Miguel Ángel Ramírez.
Los tres sueñan con volver a ganar el torneo. El camino está cada vez más cerca de ese objetivo. En la semifinal de ida, el equipo de Sangolquí derrotó 3-0 al Melgar de Arequipa. La revancha está pactada para el 7 de septiembre, a partir de las 19:30, en el estadio Monumental de la UNSA, en Arequipa, Perú. Schunke es otro de los líderes y capitanes del club. Sin embargo, a diferencia de Pellerano, habla menos en la cancha y en el camerino.
Schunke es cristiano y su fe en Dios es su principal sostén en el fútbol. Se hizo creyente a los 17 años. Por ello, siempre escucha la música de intérpretes como Álex Campos, que le cantan a Dios. Eso sí, en la cancha defiende ‘como un león’. El argentino marcó de cabeza el tanto que abrió la goleada sobre Melgar. Sus compañeros lo abrazaron efusivamente en el gramado del estadio Rodrigo Paz.
El anhelo por cumplir
Luis Segovia llegó al Independiente en 2019. Y aunque el club siempre ha traído defensas extranjeros y ha promovido canteranos para esa posición, el quiteño se ha ganado la titularidad. Jugó la semifinal de ida ante el Melgar y espera repetir en la revancha. “Los títulos que he logrado son un sueño hecho realidad. Nos ilusionamos con volver a estar en otra final y estamos muy cerca de lograrlo. Es un compromiso de todos tratar de llegar a la final”.
Segovia, quien de adolescente se pasaba viendo videos del italiano Paolo Maldini, se acomoda en una línea de tres zagueros o en la zona de cuatro defensores. La experiencia también la ponen el manabita Júnior Sornoza y el argentino Lorenzo Faravelli. Sornoza, de 28 años, quedó en el recuerdo de los hinchas cuando mostró una camiseta con una leyenda dedicada a Portoviejo (“Yo de aquí no me voy. Yo amo Portoviejo”), afectada por el terremoto de 2016. Lo hizo tras el partido ante River Plate, en la Libertadores. Llegó hasta la final. Ahora, es el conductor de la ofensiva. Faravelli llegó en 2020, pero ese año jugó la final de la Recopa, en la que IDV cayó ante Flamengo.