La árbitra japonesa Yoshimi Yamashita (36 años) fue seleccionada por la FIFA entre los 36 árbitros que estarán en Catar.
¿Quién es ella? Cuenta con una dilatada trayectoria en campeonatos nacionales e internacionales, entre ellos el Mundial femenino de 2019, la Liga de Campeones Asiática y el torneo de fútbol de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, ambos masculinos.
“Francamente, no me esperaba que saliera una oportunidad como esta. Siento una responsabilidad por participar como árbitra y por representar a Japón y a Asia”, afirmó Yamashita en las instalaciones de entrenamiento de la Federación de Fútbol de Japón (JFA), en Tokio.
Junto a ella fueron escogidas para Catar la francesa Stéphanie Frappart y la ruandesa Salima Mukansanga, así como otras tres colegiadas asistentes, dentro de la lista anunciada en mayo de 2022 por la FIFA, que marca un antes y un después en la historia del arbitraje.
El desafío de la árbitra
Para Yamashita, arbitrar en un Mundial masculino no cambiará mucho al tratarse del “mismo deporte de siempre” en el que lleva años trabajando. Admite que está preparándose físicamente a conciencia para adaptarse a la velocidad del juego y psicológicamente para lidiar con la presión.
La colegiada se entrena dos horas durante seis días a la semana, y hace trabajo mental “para poder disfrutar sin cargarse con una responsabilidad demasiado grande”.
Cuando empieza el juego, “siente más concentración que presión”, dice. Antes del juego, convierte esa presión en energía.
Su estilo y el pedido para más mujeres en el fútbol
Preguntada sobre su estilo de arbitraje, destaca su capacidad de mantener la calma durante el partido, así como de tratar de “juzgar siempre del modo más correcto posible” y de advertir a los jugadores empleando el silbato, además de recurriendo a las tarjetas si lo ve necesario.
Yamashita afirmó no haber sufrido discriminación durante su carrera en Japón, donde siente “que está mejorando la situación cada vez más” en ese aspecto, aunque señala que en sus comienzos oía comentarios del tipo: “Ah, sale una mujer a arbitrar”, a su juicio sin mala intención.
“Pero en la actualidad ya no suelo oír ese tipo de palabras, así que creo que es una muestra de que algo cambió a mejor y del respeto que se han ganado mis compañeras árbitras”, destaca.
En este sentido, confía en que en el futuro “haya más mujeres que persigan sus sueños” y lleguen a ser colegiadas al máximo nivel, y aspira a contribuir a ello.
Ella misma se aficionó al fútbol por la influencia de su hermano mayor, y tras practicar este deporte en la universidad, probó a arbitrar en una ocasión a instancias de Makoto Bozono, otra colegiada nipona con la que Yamashita llegó a arbitrar en Tokio 2020+ o la Champions asiática.
Se destaca por su fortaleza física, con un promedio recorrido de 12 kilómetros por encuentro. Es muy proclive al control férreo en lo técnico y en lo disciplinario.
¿Quién dirigirá?
La francesa Stéphanie Frappart es la más reconocida. Su trayectoria la muestra como una ortodoxa del reglamento, con unas exigencias altas por el juego limpio y rígida con el tema disciplinario.
La parte física -fundamental en este nivel- la muestra con un desplazamiento ágil y un promedio de recorrido por partido de 11 km. Tras dirigir en los más importantes torneos femeninos, incluidas finales de los Mundiales, trascendió al convertirse en la primera mujer encargada de arbitrar la final de la Supercopa masculina de la UEFA entre los clubes ingleses Liverpool y Chelsea, en 2019.