Once años después del trágico accidente de esquí que cambió su vida, Michael Schumacher sigue siendo un enigma para el mundo.
Aunque la familia ha mantenido un estricto control sobre su estado de salud, recientes eventos familiares han reavivado el interés por su vida actual.
La boda de su hija Gina en Mallorca generó especulaciones sobre su posible asistencia, pero las declaraciones del neurólogo Jussi Posti han sembrado dudas sobre su capacidad para participar en eventos sociales.
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Posti, jefe del departamento de neurocirugía en el Hospital Central de la Universidad de Turku (Finlandia), destaca que los pacientes que han sufrido lesiones cerebrales severas, como Schumacher, a menudo se vuelven frágiles y rígidos tras largos períodos de inmovilidad. Así lo publicó el periódico ‘Iltalehti’.
Esto limita su capacidad para moverse y, en consecuencia, para participar en actividades que requieren desplazamiento. A pesar de que algunos medios especularon sobre su asistencia a la boda, el neurólogo enfatiza que es poco probable que Schumacher haya estado presente en un evento de tal magnitud.
Michael Schumacher y su comunicación
La forma en que Michael se comunica también ha sido objeto de interés.
Se ha informado que su única manera de interactuar es a través de sus ojos, un método que limita considerablemente la comunicación a un círculo muy cerrado, principalmente su familia.
Elisabetta Gregoraci, exesposa de Flavio Briatore, corroboró que solo unos pocos pueden interactuar con él en este nivel. Mick Schumacher, su hijo, también ha hablado sobre la relación emocional que aún mantienen, sugiriendo que, aunque no pueden comunicarse verbalmente, el vínculo familiar sigue siendo fuerte.
A medida que los fans esperan cualquier indicio sobre su bienestar, la familia Schumacher continúa protegiendo su privacidad, lo que hace que cada pequeño destello de su vida sea motivo de esperanza y reflexión.