Darwin Castro y sus guías se entrenan para correr en Tokio

Darwin Castro (der.) se entrena con Diego Arévalo (guía) en la pista sintética de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Darwin Castro (der.) se entrena con Diego Arévalo (guía) en la pista sintética de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Darwin Castro (der.) se entrena con Diego Arévalo (guía) en la pista sintética de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Darwin Castro se levanta temprano para dirigirse a las prácticas. Casi a diario camina 12 pasos de forma diagonal para llegar desde su habitación hasta la puerta de la suite de Sebastián Rosero, uno de sus guías. Allí, el atleta no vidente golpea y le pide que salga porque es hora de ir a entrenar.

Ambos residen en el Centro de Entrenamiento para el Alto Rendimiento (CEAR) de Cuenca. La hora de salida con dirección a la pista sintética del estadio Jefferson Pérez es las 07:45, porque media hora después ya deben estar a órdenes del técnico Julio Chuchi.

Rosero conduce el auto que se compraron hace dos años. El atleta quiteño es guía de Castro desde el 2 de enero del 2014. Primero se entrenaron en Quito y desde septiembre del 2017 se instalaron en Cuenca. El domingo suelen visitar a los padres del campeón parapanamericano, quienes viven en la parroquia Santa Ana.

Darwin perdió la vista a los 12 años. Ahora depende de Rosero para movilizarse de un lado al otro, aunque también usa bastón. A los entrenamientos llega tomado del hombro de su guía; mientras en la pista corren sujetados por una cuerda. Igual lo hacen en las competencias oficiales.

Las prácticas son por la mañana y en la tarde. En la pista, Darwin se encuentra todos los días con su segundo guía, Diego Arévalo, quien lo acompaña desde el 2018.

El atleta paralímpico es cuarto en los 5 000 metros y quinto en los 1500 metros planos a escala mundial en la clase T11.

Los tres se plantearon ratificar los tiempos en 1 500 y 5 000 metros el próximo mayo, en Sao Paulo, Brasil, para clasificarse a los Juegos Paralímpicos que arrancarán a finales de agosto de este 2020 en Tokio, Japón.

Con 26 años, Castro está convencido de que competirá en la capital japonesa. Incluso anhela subirse al podio en una de las pruebas. En sus primeros Juegos Paralímpicos terminó séptimo en 5 000 m, en Brasil 2016. “Allá recibí un diploma, ahora me preparo para una medalla”.

Castro y Rosero pertenecen a la categoría Tokio 2020 del Plan de Alto Rendimiento (PAR); mientras Arévalo tiene apoyo para torneos internacionales y el Comité Paralímpico Ecuatoriano (CPE) le paga el desayuno y el almuerzo. Los tres pasan juntos durante el día. Por la noche, Arévalo se dirige a su domicilio ubicado en la parroquia Ricaurte.

Como Castro, otros seleccionados paralímpicos tienen opciones de alcanzar cupos para Tokio. Allí está Jimmy Caicedo, cuyo guía es Érick Sánchez. Caicedo está a tres segundos de la marca A en 1 500 metros.

También aparecen las hermanas Poleth y Anaís Méndez, Stalin Mosquera, Jordi Congo. Los cuatro tienen la marca B en impulsión de la bala. Se suma el nadador Érick Tandazo, quien está a 10 segundos de la marca A en los 400 m libre.

Según Freddy Moposita, jefe de entrenadores del CPE, los seleccionados tienen dos opciones para ir a Tokio. Primero: estar ranqueados entre los seis mejores del mundo en su clase hasta abril próximo. Segundo: registrar o ratificar hasta mayo próximo las marcas A que exige el Comité Paralímpico Internacional.

Esas posibilidades pueden irse concretando en los torneos que se realizarán en Colombia, Brasil e Italia, previstos entre el 1 de marzo y 8 de mayo. La idea es tener la nómina definitiva hasta mediados de mayo.

Kiara Rodríguez, Anderson Colorado, Roberto Chalá y Damián Carcelén son, hasta ahora, los cuatro clasificados para los Juegos Paralímpicos.

Moposita asegura que Rodríguez y Colorado son potenciales medallistas paralímpicos. Ellos se ubican segundos a escala mundial en salto largo y en 400 m. “El rango de proyección es llevar un mínimo de ocho seleccionados y un máximo de 11 para Tokio”. Hace cuatro años, Ecuador participó con cinco deportistas en los Paralímpicos de Brasil.

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