Minería responsable: Una alternativa viable para el desarrollo y la conservación
Este es un espacio democrático donde los ciudadanos expresan su opinión. Respecto al artículo de autoría del ciudadano Valdivieso Anda, y como vocera de la industria minera responsable representada en la Cámara de Minería del Ecuador, quisiera comentar dicho artículo, en el que, en resumen, se afirma que el proyecto minero Loma Larga no debe ser permitido porque afectaría al ambiente. Esa afirmación no es correcta, y a continuación lo analizo.
Proyectos como Loma Larga representan oportunidades para un desarrollo económico sostenible y son compatibles con la protección ambiental. Aquí algunas puntualizaciones:
Loma Larga no afecta páramos ni zonas protegidas: es fundamental aclarar que el Proyecto Loma Larga no interfiere con el Parque Nacional Cajas ni el Área Nacional de Recreación Quimsacocha. Estudios realizados por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) concluyen que las actividades del proyecto están fuera de estas zonas protegidas. Además, los principales impactos en los ecosistemas de páramo de la región están relacionados principalmente con actividades humanas, pastoreo y deportes motorizados, no con minería planificada ni regulada.
El agua está protegida: el manejo del agua en Loma Larga sigue estándares de clase mundial. Más del 90 % del recurso hídrico utilizado en las operaciones es reciclado, y las aguas tratadas cumplen con los criterios más estrictos antes de ser devueltas al ambiente. Varias universidades nacionales e internacionales han verificado que no hay presencia de metales pesados como mercurio o arsénico en las fuentes hídricas cercanas, brindando tranquilidad a las comunidades locales.
La minería responsable no es incompatible con la conservación: Loma Larga opera bajo estrictos controles ambientales diseñados para minimizar impactos y preservar los recursos naturales. Estos controles incluyen monitoreo constante, medidas de mitigación y programas de educación y salud para las comunidades cercanas. Lejos de ser una amenaza, la minería responsable se convierte en una solución frente a actividades descontroladas que ya están deteriorando los ecosistemas locales.
Los beneficios sociales y económicos son reales: además de proteger el ambiente, el proyecto genera empleo, impulsa la economía local y mejora la calidad de vida de las comunidades cercanas. Estos beneficios no solo son esenciales para el desarrollo del país, sino que también fortalecen la sostenibilidad a largo plazo.
Cabe aclarar que el informe emitido por ETAPA, mencionado en el artículo del ciudadano Valdivieso Anda, se arrogaría competencias que no le corresponden. Según la sentencia de la Corte Constitucional, es el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) la entidad responsable de evaluar y garantizar la calidad del agua en Ecuador. Este informe paralelo no solo desinforma, sino que estaría -potencialmente- creando caos y obstruiría los procesos legales establecidos. La autoridad ambiental ya ha avalado los estudios técnicos y ambientales de Loma Larga, que cumplen con los estándares más rigurosos. Intentar deslegitimar esta decisión con argumentos fuera de jurisdicción solo generaría incertidumbre y confusión entre las comunidades.
También es importante recordar que la consulta popular realizada en Cuenca en 2021 sobre la prohibición de actividades mineras aplica únicamente a proyectos futuros. Aquellos que ya tenían concesiones mineras aprobadas y títulos otorgados, como Loma Larga, pueden continuar operando bajo el marco legal vigente. Este resultado, sin embargo, limita la posibilidad de atraer nueva inversión minera responsable, privando a la región de oportunidades económicas y sociales esenciales para su desarrollo.
La experiencia en Azuay debería servirnos como advertencia. La paralización del proyecto Río Blanco, impulsada por supuestos “activistas pro derechos humanos”, no protegió el ambiente ni benefició a las comunidades. Todo lo contrario: el área ahora está invadida por extracción ilegal de minerales, controlada por el crimen organizado, que opera sin respetar las leyes ni los estándares ambientales. La contaminación con mercurio y otros químicos tóxicos ha aumentado exponencialmente, y la seguridad de la zona está gravemente comprometida. Curiosamente, este escenario parece no incomodar a quienes antes promovieron el cierre de este proyecto responsable.
Debemos tener claro a qué debemos temer. No es a la minería responsable, que genera empleo, desarrollo y protege el ambiente bajo estrictos controles. El verdadero peligro radica en permitir que la extracción ilegal de minerales avance, destruyendo ecosistemas, contaminando fuentes de agua y poniendo en riesgo la vida de nuestras comunidades. Aprendamos de los errores del pasado y apoyemos proyectos como Loma Larga, que representan una alternativa viable y sostenible para el desarrollo de nuestra región.
María Eulalia Silva, Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Minería del Ecuador