¿A quién le gusta hacer trámites en el Ecuador? Muy pocos dirán que sí, pero lo cierto es que son necesarios, aunque no por eso tienen que ser una pérdida de tiempo o un dolor de cabeza.
En días pasados, al iniciar un trámite ocurrió lo siguiente: primero ,la página web de una entidad pública no estuvo operativa durante al menos 20 minutos. Cuando ya funcionó, el sitio me obligó a imprimir una orden de pago. Ese proceso fue otra pérdida de tiempo ya que el documento en mención no se generaba en la página web.
Tras una consulta por redes sociales, la entidad explicó que es necesario imprimir la orden para luego cancelar el pago en un banco. “Anule el trámite e ingrese nuevamente sus datos para que se genere la orden de pago. Saludos cordiales”, dijo en un tuit el community manager de la entidad estatal.
Para esto ya había pasado más de una hora. El pago en una institución bancaria fue lo menos demorado: no más de cinco minutos. Luego vino otra tarea que combinó lo digital con lo análogo. Había que tomar un turno (para dentro de dos semanas) e imprimirlo para llevar el día del trámite. En todo esto ya pasaron unas dos horas y media.
Lo narrado es parte de lo que se conoce como tramitología y que es una molestia. Imprimir documentos, armar una carpeta con ellos, contar con la buena gana de los servidores públicos, etc. son parte de los pasos que hay que seguir para cumplir un trámite: desde renovar la cédula o la licencia, hasta validar un documento o solicitar un crédito.
Los emprendedores son ‘expertos’ en esta tramitología. Ellos saben que para obtener una notificación sanitaria, firmar un contrato laboral u obtener un permiso de funcionamiento pueden pasar semanas o meses.
Esto pasa mientras la tendencia global digitaliza los servicios. Sin embargo, en el Ecuador las autoridades se llenan la boca con frases como Ecuador digital o simplificación de trámites. Lo cierto es que el tiempo para realizar un trámite es de 4,2 horas, según el BID.